EE. UU. pide explicaciones a Filipinas tras su ruptura con Washington

El presidente filipino, Duterte, anuncia una "separación económica" con el Gobierno de Estados Unidos, su principal aliado.

Duterte -dcha.-, con su homólogo chino, Xi Juanping, en Pekín.
Duterte -dcha.-, con su homólogo chino, Xi Juanping, en Pekín.
Ng Ham Guan/Efe

Estados Unidos aseguró este jueves que pedirá una explicación a Filipinas sobre "qué quiere decir exactamente" el anuncio del presidente filipino, Rodrigo Duterte, de que habrá una "separación" económica con Washington, su principal aliado.


"Es algo que está inexplicablemente en contradicción con la relación que tenemos con el pueblo y el Gobierno filipinos. Vamos a buscar una explicación sobre qué quería decir exactamente el presidente cuando habló de la separación de Estados Unidos", dijo el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby.


El encargado del Departamento de Estado para Asia Oriental y el Pacífico, Daniel Russel, visitará Filipinas de este sábado 22 al lunes 25 dentro de un viaje que tenía programado desde hace "meses", y lo aprovechará para hablar sobre el asunto con responsables del Gobierno de Duterte, explicó Kirby en una conferencia de prensa.


"No solo es Estados Unidos el que está perplejo por este comentario (de Duterte), sino que hemos oído de otros países de la región que están confundidos respecto a lo que esto significa", aseguró Kirby, quien aseguró que esa preocupación se extiende "más allá de la Asean" (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático).


En una declaración, una fuente de la Casa Blanca explicó, bajo anonimato, que el Gobierno estadounidense todavía no ha recibido ninguna solicitud "a través de los canales oficiales" para cambiar la asistencia o cooperación con Filipinas.


Duterte no dio detalles sobre cómo podría llevarse a cabo esa separación al hacer su anuncio este jueves, durante un foro de negocios chino-filipino celebrado en Pekín, donde aseguró que Estados Unidos ya no puede verse como "el más poderoso del mundo (...), porque le debe a China muchos préstamos".


A comienzos de este mes, Duterte envió "al infierno" al presidente estadounidense, Barack Obama, y al purgatorio a la Unión Europea por las críticas a su campaña contra las drogas, en la que han muerto más de 3.500 personas.


A raíz de las críticas de EE. UU., Duterte también ha anunciado que quiere poner fin a los ejercicios militares que ambos países llevan a cabo de forma regular desde los atentados terroristas del 11-S. Además, ha amenazado con incumplir los acuerdos firmados con Washington en abril de 2014 y que posibilitan una mayor presencia militar estadounidense cerca del mar de China Meridional, una zona que Pekín se disputa con varios países, incluido Filipinas.


El mandatario filipino ha llegado incluso a llamar "hijo de puta" a Obama, un insulto al que el presidente estadounidense restó importancia pero que motivó la anulación de la reunión bilateral que ambos iban a mantener el pasado septiembre en Laos.

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