Un militar, condenado por agredir sexualmente durante seis años a la hija de su pareja

En el momento de los hechos, la niña tenía menos de 13 años.

La Sección Tercera de la Audiencia de Jaén ha condenado a once años de prisión a, E.J.G.O., de 34 años y militar de profesión, por un delito de agresión sexual continuada a la hija de su pareja, una niña que en el momento de los hechos tenía menos de 13 años y que según la sentencia sufrió sucesivas agresiones durante seis años consecutivos.


La sentencia le condena también a 15 años de prohibición de acercamiento y comunicación por cualquier vía o medio con la víctima, y le prohíbe también otros 13 años de residencia y entrada en Linares (Jaén). Además, se le reclama 15.000 euros de indemnización para la menor por los daños morales ocasionados.


El acusado negó los hechos en su declaración ante el tribunal y dijo en el juicio no entender los motivos que han llevado a la menor a realizar la acusación. "Eso es mentira. No se por qué se lo ha inventado", dijo E.J.G.O respondiendo a las preguntas del Ministerio Fiscal.


Según Fiscalía, las agresiones sexuales se produjeron desde que la menor tenía siete años y se prolongaron hasta que la menor estaba a punto de cumplir los 14 años.


El Ministerio Público recogió que las agresiones comenzaron en 2006, cuando la menor tenía siete años y el acusado "comenzó con ánimo libidinoso y de satisfacer sus deseos sexuales" a someter a la pequeña a numerosos tocamientos.


La menor vivía con sus abuelos durante toda la semana y era los fines de semana cuando se trasladaba a vivir con el acusado y su madre. El acusado, con la excusa de bañar a la menor, aprovechaba estos instantes para someter a la niña a tocamientos.


La resistencia de la menor, la superaba dándole "pescozones" o sujetándola fuertemente por los tobillos para evitar que la niña cerrara las piernas.


La voz de alarma la dio la menor a los siete años cuando dijo a su abuela que no quería que la bañara más el acusado. Y aunque la madre de la niña le pidió que dejara de hacerlo, E.J.G.O., "aprovechaba siempre que la madre de la menor no estaba en la casa o estaba acostada" para "seguir realizando tocamientos a la menor de forma continua".


Declaración a puerta cerrada


La declaración de la menor ante el tribunal se realizó a puerta de cerrada. Mientras que la madre dijo en el juicio que creía a su hija "a pies juntillas" porque "la niña no es mentirosa". También los abuelos de la menor se pronunciaron en el mismo sentido.


Fue una carta de la menor a su tutora en marzo de 2014 la que levantó el caso. En dicha carta justificaba su bajón en el colegio y la llegada de los suspensos por los supuestos abusos sexuales de los que estaba siendo víctima. En dicha carta apuntaba a la pareja de su madre como el presunto autor de las agresiones sexuales.


La madre de la menor tiene un hijo con el acusado aunque a raíz de la denuncia de la niña finalizó su relación sentimental con el ahora condenado.

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