La muerte del gran capo de la Cosa Nostra entierra la peor historia de Italia

La Fiscalía ha ordenado que se realice una autopsia al cadáver de Provenzano ante el riesgo de que haya sufrido alguna "represalia".

Bernardo Provenzano, durante su arresto en 2006
Bernardo Provenzano, durante su arresto en 2006.
AFP

"La mafia ha sido creada por el hombre y como todas las cosas creadas por el hombre tiene un inicio y tendrá también un final". Esta frase para el recuerdo la dejó el juez Giovanni Falcone, uno de los grandes héroes italianos de la lucha contra el crimen organizado, antes de que la Cosa Nostra siciliana acabara con su vida, la de su mujer y la de tres miembros de su escolta haciendo saltar por los aires su automóvil en mayo de 1992 en la autovía que conecta Palermo con el aeropuerto.


Aunque sigue pareciendo tan lejano como entonces el momento en que se cumpla aquel deseo de Falcone, sí que ha llegado el final para uno de los responsables de la muerte de aquel magistrado y de la de otros cientos de personas. Se trata de Bernardo Provenzano, histórico capo de la Cosa Nostra, fallecido este miércoles a los 83 años en el hospital San Paolo de Milán donde estaba ingresado desde abril de 2014.


Tras pasarse 43 años en busca y captura, Provenzano, líder del clan de los Corleonesi, el más sangriento de la mafia siciliana, sufría el régimen carcelario más duro que contempla la legislación italiana, el 41 bis, desde su detención en abril de 2006 en la humilde casa de un pastor situada en los alrededores de Corleone, la patria chica de este grupo criminal. Le descubrieron gracias a los 'pizzini', los trocitos de papel en los que dictaba sus órdenes.


Aunque llevaba más de un año en estado vegetativo, la Fiscalía ha ordenado que se realice una autopsia a su cadáver para aclarar si la muerte se debió al cáncer que sufría o estuvo motivada por otras causas. Según el juez, el examen se hace necesario debido a que resulta "demasiado elevado" el riesgo de que haya sufrido alguna "represalia" por parte de los enemigos que se granjeó durante su largo "recorrido criminal".


Provenzano se lleva unos cuantos secretos a la tumba. Tal vez el más grave es el de los nombres de los altos representantes del Estado que le protegieron durante las más de cuatro décadas en las que permaneció huido de la Justicia. Attilio Bolzoni, periodista del diario 'La Repubblica' experto en mafia, recordaba el miércoles que al 'Tractor', como era conocido el histórico capo, sólo empezaron a buscarlo en serio en 1998 y ocho años después consiguieron finalmente arrestarlo.

Pacto con el Estado

Otro de los grandes secretos de Provenzano es su labor como muñidor del pacto secreto que habrían suscrito el Estado y la Cosa Nostra para cesar la campaña de atentados que asolaron el país en 1992 y 1993 a cambio de dos concesiones: acabar con el 41 bis y obtener mayor influencia política. Estos posibles acuerdos están juzgándose desde hace cuatro años en el Tribunal de Palermo con resultados poco esclarecedores hasta el momento.


Provenzano es parte de la historia de la mafia siciliana junto a Salvatore 'Toto' Riina, el otro gran líder de los Corleonesi y al que sucedió al frente de la organización criminal tras su detención en 1993. Ambos partieron de un pueblo perdido en el interior de Sicilia hasta que conquistaron Palermo, se hicieron con las riendas de la Cosa Nostra y pusieron en jaque al Estado italiano.

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