El 40% de los reclusos en Estados Unidos tienen algún tipo de discapacidad

Un informe revela, además, que este colectivo tiene muchas posibilidades de sufrir abusos en la cárcel.

Una prisión estadounidense.
Una prisión estadounidense.
Clay McLachlan/Reuters

El 40 por ciento de los presos estadounidenses, más de 750.000 personas, tienen algún tipo de discapacidad, según un informe de la asociación Respect Ability, que busca dar visibilidad a la comunidad de discapacitados en Estados Unidos y acabar con la excesiva criminalización de este colectivo.


Según el informe, basado en datos de la Oficina de Estadísticas Judiciales del Gobierno estadounidense, el 40 por ciento del total de presos en Estados Unidos son discapacitados. Del total de discapacitados que se encuentran recluidos en Estados Unidos, unos 140.000 sufren problemas de visión, otros 150.000 algún grado de sordera y unos 200.000 tienen problemas de movilidad. El resto sufre algún tipo de discapacidad mental.


Desde Respect Ability reclaman la necesidad de una reforma del sistema judicial estadounidense, con la que las autoridades tengan en cuenta las necesidades y la situación específica en la que viven estas personas. Muchos de estos individuos no cuentan con familias que tengan los recursos suficientes para darles la atención adecuada.


La inmensa mayoría de los discapacitados que se encuentran en las cárceles estadounidenses son analfabetos funcionales o de retorno, personas que a pesar de haber recibido una educación básica, han perdido la capacidad de leer o escribir debido a que han dejado los estudios.


La asociación denuncia que en la mayor parte de los casos, el sistema no previene de ninguna forma que estas personas acaben cayendo en una espiral de violencia, sino al contrario. De acuerdo con una de las autoras del informe, Jennifer Laszlo Mizhari, tan solo un 61 por ciento de los jóvenes con discapacidad llegan a graduarse en el instituto, en comparación con el 81 por ciento del resto de jóvenes.


Muchos de ellos son víctimas de abusos como el acoso escolar, violencia sexual o agresiones. "Los niños con discapacidad, tienen tres veces más posibilidades de ser víctimas de abusos sexuales que los niños sanos. Las víctimas de abusos suelen tener una mayor tendencia a cometer delitos", ha declarado Mizhari.


Y una vez que estos individuos están en prisión, su situación empeora de manera brutal, debido a los múltiples abusos que sufren por parte del resto de presos, la falta de un tratamiento adecuado a su situación o la tendencia por parte de los funcionarios de prisiones a confinarles en régimen de aislamiento. La gran mayoría de los presos con sordera o ceguera son puestos en celdas de aislamiento durante años, como si se tratase de su alojamiento habitual, lo que puede provocarles graves problemas de salud mental.


A pesar de que el 95 por ciento de estos presos serán puestos en libertad en algún momento, los programas y las comunidades que les esperan fuera de prisión no suelen proporcionarles el apoyo necesario, lo que provoca que reincidan. La Casa Blanca ha intentado llevar a cabo una reforma del sistema judicial estadounidense, con el fin de acabar con los reincidentes por medio de programas de apoyo y mediante la revisión del sistema de sentencias.


La Coalición para la Seguridad Pública, formada por numerosas asociaciones civiles, ha hecho referencia a la excesiva criminalización de ciertos colectivos y a la 'sobre-encarcelación' que existe en Estados Unidos, un país en el que el 60 por ciento de los presos pertenecen a alguna minoría étnica.


Sin embargo, a pesar de las iniciativas para intentar reformar la justicia estadounidense, muchos sectores políticos del país rechazan la necesidad de un cambio dentro del sistema judicial y de prisiones. El senador republicano Tom Cotton, por ejemplo, ha llegado a declarar que su país sufre de "un problema de bajos niveles de encarcelamiento".

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