François Hollande amenaza con prohibir las manifestaciones contra la reforma laboral

El país se encuentra en un contexto marcado por la celebración de la Eurocopa hasta el 10 de julio y la alerta terrorista.

Protestas en París contra la reforma laboral de Hollande.
Protestas en París contra la reforma laboral de Hollande.
AFP

El presidente de Francia, François Hollande, amenazó con prohibir las manifestaciones contra la reforma laboral si éstas amenazan la seguridad de bienes y personas, después de que las protestas terminaran con 58 detenidos y 29 policías y 11 manifestantes heridos.


"Si no se reúnen las condiciones para proteger los bienes personales o públicos, y por el momento no ocurre, se tomará la decisión caso por caso de no autorizar las manifestaciones", señaló Hollande a través del portavoz del Gobierno, Stéphane Le Foll.


Éste agregó que las condiciones para autorizar una manifestación se discuten entre "los organizadores, las autoridades y los representantes del Estado".


"En un momento en el que Francia alberga la Eurocopa (de fútbol) y cuando se enfrenta al terrorismo, no podrá haber más autorizaciones de manifestaciones si no se garantiza la preservación de los bienes, de las personas y de los bienes públicos", añadió Le Foll.


El portavoz del Ejecutivo lamentó que los disturbios no hubieran suscitado "ninguna condena" por parte de Philippe Martinez, líder del sindicato que lidera las protestas contra la reforma laboral del Gobierno socialista, la Confederación General del Trabajo (CGT).


Las declaraciones de Hollande refuerzan la línea marcada horas antes por el primer ministro, Manuel Valls, que había amenazado con prohibir la organización de grandes manifestaciones en París como consecuencia de los altercados de la marcha.


"No podemos tener manifestaciones así en París en las próximas semanas", dijo Valls a "France Info", donde denunció también la "falta de responsabilidad" de la CGT y en particular "la actitud ambigua del servicio de orden", en un contexto marcado por la celebración hasta el 10 de julio de la Eurocopa en Francia, que además está en alerta terrorista.


Preguntado sobre si el Gobierno llegará a prohibir ese tipo de marchas, respondió que no se puede tomar una decisión genérica pero avisó: "nosotros asumiremos, caso por caso, nuestras responsabilidades".


El primer ministro señaló que en la manifestación de ayer había "de 700 a 800" manifestantes violentos "que querían sin duda matar" a los policías.


La CGT salió al paso de las "inaceptables" declaraciones del jefe del Ejecutivo, al que responsabilizó de "garantizar la seguridad y mantener el orden en la marcha".


"Amenazar con prohibir las manifestaciones es signo de un Gobierno acorralado", agregó la CGT en un comunicado.


Por su parte, el expresidente y actual líder del partido conservador Los Republicanos (LR), Nicolas Sarkozy, exigió responsabilidad "civil y financiera" a la CGT por los incidentes de París.


Sarkozy reclamó además el "encarcelamiento inmediato" de los responsables de los destrozos en mobiliario urbano.


Además, Valls insistió en que "el Gobierno no cambiará" el texto de su proyecto de ley de reforma laboral, que "es el resultado de un compromiso con los sindicatos reformistas" y que "es bueno para las empresas, bueno para los asalariados".


Además, señaló que si el Ejecutivo renunciara a la reforma, eso significaría "la victoria de los que bloquean en la calle" o de la oposición de derechas que si llega al poder pondrá en práctica su "visión ultraliberal de la sociedad".


Según la policía, la manifestación de ayer reunió a 80.000 personas, menos que algunas de las ocho convocatorias precedentes contra la reforma laboral.


Sin embargo, para la CGT fue la convocatoria más masiva, ya que participaron más de un millón de personas.

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