Un traficante de personas amenazó con un cuchillo a los supervivientes del naufragio del pasado 16 de abril en el Mediterráneo para que no auxiliaran al resto, permitiendo que se ahogaran, según ha relatado uno de los supervivientes.

La noche del 13 de abril, un barco que salió de Egipto, con 300 personas a bordo, se encontró en el mar con un barco más pequeño que salió de Tobruk, Libia, con 200 personas en él. En el mar, los traficantes de personas empezaron a trasladar a la gente hacia el barco de mayor tamaño, causando que éste se empezara a hundir.

Se cree que entre 400 y 500 personas, la mayoría de origen somalí, murieron en el incidente. Solo 41 personas fueron rescatadas, entre otras cosas, porque los traficantes amenazaron a los supervivientes para que no socorrieran a sus compañeros de viaje.

"Le dije que no arrancara, que teníamos que salvar a esa gente, cogió el cuchillo y dijo que me iba a matar, que no nos quedaríamos ahí" ha declarado Muaz Mahmud, de 25 años, originario de Oromia (Etiopía), que viajaba con su mujer y su bebé de dos meses. Cada uno pagó 1.800 dólares por el viaje y ahora Mahmud teme que su familia se haya ahogado.

Los relatos de los supervivientes y los familiares dejan claro que se trata de la peor tragedia de este tipo en los últimos años, volviendo a mostrar no solo los peligros del viaje en sí sino también la forma en la que funciona el tráfico de personas.

Más de 150.000 inmigrantes alcanzaron las costas de Italia el año pasado y aproximadamente 25.000 lo han hecho en lo que llevamos de año. Desde enero, se cree que alrededor de 800 personas han muerto intentando cruzar el mar.

Los supervivientes actualmente se encuentran en Atenas. La organización no gubernamental griega Praksis, ha asegurado que han recibido un permiso de un mes para estar en el país.