​Rocambolesco salvamento de dos inmigrantes en un camión frigorífico

Desesperados por llegar al Reino Unido, se introdujeron en la carga del vehículo, donde las temperaturas eran de 25 grados centígrados bajo cero.

Refugio de Calais, imagen de archivo.
Imágenes del campo de refugiados de Calais (Francia).
YOAN VALAT

Dos inmigrantes fueron rescatados este viernes por la Gendarmería francesa cuando se escondieron en un camión frigorífico y fueron localizados gracias a la radio, la geolocalización telefónica y la buena voluntad del camionero.


Desesperados por llegar al Reino Unido, los dos inmigrantes se introdujeron en la carga de un camión frigorífico, donde las temperaturas son de 25 grados centígrados bajo cero.


Cuando entendieron que en esas condiciones su vida corría peligro y que no podían salir, llamaron a la Gendarmería por sus teléfonos móviles y avisaron de su estado en un mal inglés, según relata la emisora "France Info".


Los agentes pidieron localizar la procedencia de la llamada y emitieron a través de la radio local de Normandía un llamamiento a todos los camioneros de transportes frigoríficos.


Uno de ellos, que se dirigía a Calais para pasar al Reino Unido, escuchó el mensaje y decidió detener su camión cerca de la localidad de Croix-en-Ternois, en el departamento de Pas-de-Calais.


Tras escuchar varios golpes que procedían del interior, abrió el camión y permitió que los dos inmigrantes salieran sanos y salvos.


Este viernes, la cadena británica BBC informó de que la víspera, la policía había rescatado a un niño afgano de 7 años, llegado ilegalmente al Reino Unido desde el campo de refugiados francés de Calais, después de que pidiera ayuda con un mensaje de móvil desde un camión en el que se estaba quedando "sin oxígeno".


El chico, que se encontraba en el camión junto a 14 adultos, tenía un teléfono móvil que le había proporcionado una organización de ayuda a los refugiados, Help Refugees, que trabaja en Francia y que suele adoptar esa medida a fin de ayudar a los niños refugiados.


El niño, llamado Ahmed, envió un mensaje de texto a Liz Clegg, voluntaria de esa organización benéfica que trabaja en el campo de refugiados de Calais, conocido como "la Jungla" por sus condiciones insalubres, y quien en ese momento se encontraba en Nueva York.


En el mensaje, escrito con un inglés pobre y con faltas gramaticales, el niño le comunicó: "Necesito ayuda, el conductor no para, no hay oxígeno en el coche. No hay señal, estoy en el contenedor. No estoy bromeando. Lo juro por Dios".


Clegg, entonces, alertó a sus colegas en el Reino Unido, que llamaron a la Policía de Kent (sur de Londres) y, con la ayuda de otras agencias y de un traductor, contactaron con el niño para identificar y localizar el camión. 


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