EE. UU. y Europa piden al régimen sirio evitar "provocaciones" antes de la negociación de paz

Rechazan su intención de poner la continuidad de Bachar al Asad como una "línea roja" en las conversaciones de Ginebra.

La intención del régimen sirio de poner la continuidad de Bachar al Asad como una "línea roja" en las conversaciones de paz se topó con el rechazo de Estados Unidos y de sus socios europeos, que la calificaron como una "provocación".


Las negociaciones deben de comenzar dentro de solo unas horas en Ginebra, pero en ellas, a juicio de los países occidentales, habrá que abordar una transición política en paz como única salida viable a la situación de Siria.


Para armonizar sus estrategias de cara a las trascendentales conversaciones -que por primera vez se celebrarán en un contexto de disminución relevante de la violencia gracias al alto el fuego-, los representantes diplomáticos de EEUU, Reino Unido, Alemania, Italia y la Unión Europea (UE) se reunieron en París a instancias del ministro galo de Exteriores, Jean-Marc Ayrault.


Tras su encuentro, ofrecieron una rueda de prensa en la que el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, advirtió de que "si el régimen (sirio) y sus aliados piensan que pueden poner a prueba los límites, se equivocan".


"Todas las partes deben respetar el cese de las hostilidades, cooperar en el reparto de ayuda humanitaria y respetar el proceso de negociaciones dirigidas a alcanzar una transición política", dijo Kerry.


También respondió a las palabras de su homólogo sirio, Walid al Mualem, el sábado en Damasco, donde este declaró, en alusión a la oposición, que "si en su mente albergan la idea de recibir el poder -lo que no han logrado sobre el terreno-, van a fracasar".


Para el estadounidense, "los comentarios del ministro sirio de Exteriores claramente tratan de perturbar el proceso, (...) pero lo importante es que sus principales socios, Irán y Rusia, han adoptado la posición de que debe haber una transición política y que debemos movernos hacia elecciones presidenciales en algún momento".


Una reacción similar suscitó la mención de la "línea roja" de Al Asad en el francés Ayrault, que ha reemplazado recientemente en el cargo a Laurent Fabius -quien se despidió del cargo criticando la "tibia" posición de EEUU en el conflicto sirio-.


Según el ministro galo, "hemos asistido en las últimas horas a provocaciones del ministro sirio de Exteriores, lo que es una mala señal y no corresponde al espíritu del alto el fuego".


Ayrault reconoció que las conversaciones entre sirios que se deberán iniciar mañana en Ginebra "serán muy complicadas", pero que pese a ello hay que acudir con esperanza a la mesa de negociaciones.


"Hemos notado que se han hecho progresos sobre el terreno, pero todavía hay mucho en lo que mejorar", añadió al respecto del precario alto el fuego.


El cese de las hostilidades, patrocinado por Estados Unidos y Rusia, entró en vigor el pasado 27 de febrero entre el régimen y los rebeldes "moderados" en Siria, y, según dijo hoy Kerry, ha logrado "una reducción inmensa" de los niveles de violencia.


Ese paréntesis pacífico ha permitido además el acceso de ayuda humanitaria a zonas donde "hacía años que no llegaba", según el estadounidense, que cifró en 300 los camiones con asistencia que han procurado alivio a una población de unas 150.000 personas.


Consideró que el notable descenso de la violencia se percibe en que las manifestaciones contra Al Asad han vuelto a salir a las calles y los ciudadanos han vuelto a salir a los cafés de las localidades

"Los bombardeos aéreos del régimen deben parar de inmediato", reclamó Kerry, antes de recordar que "a largo plazo, la única forma de acabar con el problema de los refugiados es poner fin a la guerra civil siria (...) y para eso es fundamental destruir al Estado Islámico", agregó.


A ese respecto, adelantó que, según la información de que dispone su país, el grupo yihadista ha perdido en las tres últimas semanas a unos 600 combatientes y un territorio de unos 3.000 kilómetros cuadrados en Siria.


Según Kerry, tras el comienzo de los bombardeos de la coalición multinacional contra el EI, esta organización que ha decretado un supuesto "emirato islámico" ha cedido el control del 20 % del terreno que tenía en Siria, y el 40 % en Irak.


Precisamente, Rusia se mostró dispuesta a coordinar sus acciones militares con Estados Unidos para arrebatar al EI el control de la ciudad de Al Raqa, el mayor bastión yihadista en Siria.


"Estamos dispuestos a coordinar nuestras acciones con los americanos, ya que Raqa está en el este de Siria y allí actúa principalmente la coalición estadounidense", dijo el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en declaraciones a la canal REN TV.

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