Las salas de espera del Pireo están llenas de refugiados atrapados en Grecia

En el puerto más grande de Grecia hay miles de migrantes atrapados ante el cierre de fronteras en la ruta balcánica.

Refugiados en el puerto de Pireo.
Las salas de espera del Pireo están llenas de refugiados atrapados en Grecia
Efe

Los primeros voluntarios llegaron al puerto del Pireo en otoño; entonces solo llevaban té caliente y sandwiches a los refugiados que se detenían allí unas horas para continuar luego su viaje. Hoy, en el puerto más grande de Grecia hay miles de migrantes atrapados.


Decenas de voluntarios y trabajadores de organizaciones no gubernamentales van todos los días al Pireo para intentar atender a las 3.000 personas que han quedado atrapadas allí ante el cierre de las fronteras en la ruta balcánica.


Aunque han hecho un largo viaje para huir de la guerra ahora hacen frente a otro problema: mantener la esperanza. Ayudarles con esto es más complicado que llevarles agua y comida, pero los voluntarios se esfuerzan en conseguirlo.


Amira apenas habla inglés, pero sabe cómo hacerse entender. Toda su familia ha viajado con ella desde Irak para pedir asilo político. Aunque han llegado a tierra firme, no se han alejado mucho del mar. Llevan ya seis días en el puerto. Como ella, miles de personas más. Volver atrás no es una opción pero no se les permite avanzar.


Algunos duermen en las salas de espera que han sido vaciadas para ellos en los muelles, apenas cuatro paredes. Los demás, en tiendas de campaña que se reparten por todos los rincones, intentando evitar en la medida de lo posible la brisa del mar, detrás de coches o contenedores de mercancías en los que un mural reza "Welcome refugees".


"Necesitan comida, asistencia médica y actividades que mantengan ocupados a los niños, pero sobre todo necesitan saber qué va a pasar con ellos", cuenta a Efe Matína Nakopulu, directora de Programas en Grecia de Cruz Roja.


Esta organización está en el Pireo todos los días, repartiendo comida, agua, mantas y mochilas, y organizando actividades para los muchos niños que hay en este campamento improvisado.


Según Katerina Kitidi, portavoz de ACNUR, "alrededor del 60% de la gente que llega son mujeres y niños, y esto supone un gran incremento con respecto a septiembre, cuando el porcentaje era del 27%".


Las madres, las mujeres embarazadas y los niños, a menudo sin acompañar, tienen necesidades especiales que las organizaciones presentes en el puerto intentan cubrir.


Cruz Roja ha desarrollado un espacio seguro donde los niños puedan jugar, pintar y realizar ciertas actividades. Varios voluntarios van todos los días para mantenerlos ocupados.


"Los niños parecen contentos, sonríen. Supongo que se sienten mejor que sus padres, porque solo son niños y no sienten el miedo y el estrés de lo que pueda suceder después", explica Jristos Fusianis, psicólogo de la organización sin ánimo de lucro La Sonrisa del Niño, que protege los derechos de la infancia.


En Pireo han montado una clínica móvil que da asistencia sanitaria y psicológica a niños y padres.


Todas las organizaciones presentes en el puerto llevan a cabo reuniones de coordinación, pero parece no ser suficiente.


Kitidi pide que la coordinación se generalice a nivel nacional porque "además de aumentar la capacidad de recepción para cuidar de las 30.000 personas que hay ahora mismo en Grecia", hay que crear mecanismos adecuados para hacerlo.


Algunas familias se hartan de esperar y deciden seguir su camino hacia la frontera macedonia, aunque los voluntarios se lo desaconsejan porque allí la situación es peor.


Idomeni, un campamento diseñado para 2.500 personas, acoge ahora a más de 12.000 personas que todos los días intentan salir de Grecia.

"Constantemente nos preguntan cuándo vamos a poder ir a Europa, queremos cruzar la frontera. Hoy ha salido mucha gente, pero mañana llegan más barcos con gente nueva. Esto no se detiene nunca", valora Nakopulu, de Cruz Roja.


La información es una de las principales necesidades para los refugiados y migrantes que esperan en el Pireo, también es un bien escaso.

Desde las organizaciones sociales les explican cómo funcionan el proceso de asilo en Grecia y el programa de reubicación a nivel europeo, pero no tienen respuesta a la pregunta que todos hacen: ¿cuándo van a abrir las fronteras?

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