La pugna por dirigir la ONU toma ritmo con la candidatura de Bokova

La directora general de la Unesco parte como la principal favorita.

Con cinco candidatos ya oficiales y varios calculando sus opciones, la lucha por suceder a Ban Ki-moon al frente de las Naciones Unidas ha comenzado a tomar ritmo tras meses de discusiones en abstracto. El paso adelante dado esta semana por el Gobierno de Bulgaria al proponer a la directora general de la Unesco, Irina Bokova, empieza por fin a poner el foco sobre un proceso hasta ahora oscurecido por las primarias estadounidenses.


Bokova, de 63 años, parte como la principal favorita, pues además de una dilatada experiencia internacional pone sobre la mesa dos requisitos clave: es mujer y procede de un país de la Europa del Este. Tras 70 años de hombres al frente de Naciones Unidas, el clamor es casi absoluto para que el reemplazo de Ban sea una mujer. Decenas de países, organizaciones y la propia ONU apoyan la idea.


"Hemos tenido ocho secretarios generales varones y la novena debe ser una mujer", argumenta una campaña puesta en marcha con ese objetivo por un grupo de académicas y responsables de organizaciones civiles. Desde la web www.womansg.org el colectivo ofrece todo un abanico de mujeres destacadas que, a su juicio, podrían liderar la organización.


La otra gran ventaja de Bokova es su nacionalidad dado que, según la rotación regional que ha imperado a lo largo de los años, correspondería a Europa Oriental ocupar la Secretaría General. Aunque algunos países cuestionan el principio y no hay una regla escrita, la tradición sigue pesando mucho en Naciones Unidas.


La directora general de la Unesco, de hecho, ya ha superado en su propia casa el que para muchos era uno de sus mayores escollos: la posible candidatura de la vicepresidenta de la Comisión Europea Kristalina Georgieva. La decisión de ésta de permanecer en Bruselas dejan a Bokova sin su primera gran rival, otra mujer que ha ocupado destacados puestos internacionales y que contaba con simpatías que ella tendrá más difícil ganarse.


Porque ahora que su candidatura se ha formalizado, Bokova empieza a ver cómo desde Estados Unidos, un país clave en el proceso, empiezan a llegar voces en su contra. En un reciente editorial, el diario The Wall Street Journal recordaba que bajo la dirección de Bokova la Unesco fue el primer organismo de la ONU en reconocer a Palestina, una decisión a la que se oponía Washington y que llevó al Congreso a cortar su financiación a la agencia.


También destacaba su pasado comunista y, sobre todo, la señalaba como la "favorita de Rusia", lo que, en un momento de fuerte tensión entre Moscú y las potencias occidentales, puede complicar su candidatura. Esa situación, a priori, era también un importante obstáculo para su compatriota Georgieva, que para muchos expertos tendría casi imposible recibir el visto bueno del Kremlin tras las sanciones impuestas por la UE contra Rusia con ella en Bruselas.


Aunque el secretario general es elegido por la Asamblea General de la ONU, en la que se sientan todos los Estados miembros, tradicionalmente el proceso lo han controlado en la penumbra las potencias del Consejo de Seguridad, que debe recomendar a un candidato. En esta ocasión, ante las exigencias de más transparencia, Naciones Unidas ha decidido abrir el procedimiento, invitando a los aspirantes a plantear sus candidaturas y a ser entrevistados por la Asamblea.


Así, además de Bokova, ya han formalizado su interés la ministra de Exteriores de Croacia, Vesna Pusic; su homólogo de Montenegro, Igor Luksic; el expresidente esloveno Danilo Turk, y el macedonio Srgjan Kerim, que presidió la Asamblea General de la ONU entre 2007 y 2008. Entre las decenas de nombres con los que se ha especulado en los últimos meses hay varias latinoamericanas, incluida la ministra argentina de Exteriores, Susana Malcorra, y mujeres de otras regiones como la neozelandesa Helen Clark.


E incluso algunos analistas han especulado con grandes nombres que de entrada parecen poco probables como la canciller alemana, Angela Merkel, y las presidentas de Chile, Michelle Bachelet, y de Brasil, Dilma Rousseff. Dado lo novedoso del proceso, no está del todo claro cómo se procederá finalmente con la elección, un asunto que siguen discutiendo a puerta cerrada los miembros del Consejo de Seguridad.


"Nosotros defendemos que el Consejo debe proponer más de un candidato a la Asamblea General. La Asamblea General debe tener opciones", dijo esta semana el embajador venezolano, Rafael Ramírez, que actualmente preside el Consejo. A lo largo de la primavera deberían acelerarse las discusiones en el máximo órgano de decisión de la ONU, para que en septiembre la Asamblea General pueda aprobar al próximo secretario general, que asumiría el cargo en enero de 2017.

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