La espuma del mar afecta a la vida de las nubes, según un estudio

Las nubes pueden recibir sus partículas desde varias fuentes de aerosoles como la superficie terrestres u oceánica.

En todo el planeta, cada día, los océanos envían una columna de aerosoles a la atmósfera. Según los expertos, se trata de un spray salado y rico en carbono que tiene un efecto "dramático" en la formación y la duración de las nubes.


Un nuevo estudio de la Universidad Estatal de Colorado, publicado en 'Proceedings', ha determinado que la espuma del mar es una fuente de la llamada nucleación de partículas de hielo, unas partículas microscópicas que hacen su camino hacia las nubes iniciando la formación de hielo y, a su vez, afectan a la composición y la duración de las nubes.


"La presencia de estas partículas es de importancia crítica para la precipitación y la vida útil de las nubes y, en consecuencia, por sus propiedades radiactivas", ha apuntado el autor principal del trabajo, Paul DeMott.


Las nubes tienen capacidad para reflejar la energía solar y absorber la radiación terrestre. También tienen efectos dramáticos en el clima. Sus propiedades radiactivas están muy influenciadas por el número, tamaño y tipo de las gotitas y partículas de hielo que hay dentro de ellas.


Las nubes pueden recibir estas partículas desde varias fuentes de aerosoles --las partículas suspendidas en el aire-- como la superficie terrestres u oceánica. También del polvo del desierto o de la quema de combustibles fósiles. "Los aerosoles que afectan a las nubes están en todas partes", apuntan los expertos.


El estudio de DeMott ha confirmado que las partículas de nucleación de hielo de los océanos son distintas, tanto en abundancia, como por sus propiedades de fabricación de hielo. Por lo tanto, su influencia en la estructura en la fase líquido/hielo de las nubes, y sus impactos radiativos posteriores, puede diferir dependiendo de la zona de la Tierra.Impacto climático

La parte del estudio que ha sido elaborado en un laboratorio se ha llevado a cabo simulando cómo las olas del mar envían aerosoles vaporizados al aire. A su vez, los investigadores han estudiado la composición biológica y química, así como las transformaciones de estas partículas, y, mediante el uso de instrumentos especializados, la forma en que influyen en la formación de nubes. DeMott y sus colegas compararon estos datos a otras mediciones realizadas sobre los océanos.


El estudio ofrece una de las explicaciones de por qué hipotéticamente modelos climáticos globales han subestimado constantemente la radiación solar de onda corta en las regiones dominadas por los océanos, especialmente en el hemisferio sur.


"Nuestro trabajo proporciona una imagen más clara del comportamiento de las principales clases de aerosoles atmosféricos en nubes frías, factores que deben entrar en la modelización del clima a escala global", ha denunciado DeMott.


Otro de los autores, Nick Anderson, ha señalado que "el desarrollo de las nubes y la precipitación es una cuestión fundamental para la comprensión de los procesos meteorológicos y climáticos mediante el estudio de los núcleos de hielo". Según ha explicado, son un bloque de construcción para las nubes, por lo que este hallazgo ayudará a armar el rompecabezas de cómo son las nubes y sus precipitaciones, especialmente sobre las regiones oceánicas remotas.

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