Michiko exhibió su buen estado de salud en un vídeo difundido por la Agencia de la Casa Imperial con motivo de la efeméride en el que se ve a la emperatriz y a su esposo, sonrientes, paseando alegremente e incluso corriendo a paso ligero por los jardines de sus residencia.

"Hasta ahora he podido continuar desempeñando mis funciones sin grandes cambios", explicó Michiko en la contestación enviada por escrito a las preguntas que los medios nipones le realizan cada año por su cumpleaños, donde también agradeció que se preocuparan por su salud.

El pasado mes de agosto pruebas médicas revelaron que la emperatriz padece una isquemia miocárdica (disminución del riego sanguíneo al corazón) que afecta a dos de las tres arterias coronarias, que por el momento no requiere cirugía, aunque sí tomar precauciones para evitar la fatiga.

Haciendo un repaso del último año, la emperatriz Michiko mostró su tristeza por los afectados en los desastres naturales que han sacudido Japón, como erupciones volcánicas y las lluvias torrenciales, las más recientes en septiembre, que causaron al menos siete muertos y provocaron la evacuación de cientos de miles de personas.

Con respecto a su viaje a la República de Palaos en abril, donde los emperadores de Japón se desplazaron para honrar a los soldados japoneses (cerca de 16.000) y estadounidenses (unos 2.000) que perecieron allí durante la Segunda Guerra Mundial, Michiko aseguró que el lugar ha dejado una "impresión imborrable" en ella.

"Me di cuenta una vez más de que hay mucha gente que sigue viviendo con dolor en sus corazones", reflexionó en el escrito. La emperatriz dijo no obstante sentirse "alentada" por el comportamiento de sus hijos, el príncipe heredero Naruhito y el príncipe Akishino, y el de sus nietos, que han sacado tiempo para visitar eventos relacionados con la contienda en el 70 aniversario del fin de la contienda y "reflexionar seriamente sobre la guerra y la paz".