El ministro del Interior de la provincia del Punyab, Shuja Khanzada, murió este domingo en un ataque suicida con bomba en su vivienda en el este de Pakistán, en una acción en la que fallecieron otras 11 personas y 25 resultaron heridas.

La explosión se produjo a media mañana en la vivienda de Khanzada en la localidad de Shadi Khan cuando se celebraba una reunión política, dijo el consejero del Gobierno del Punyab, Syed Elahi, al canal público Pakistan Television.

Tras la explosión gran parte del inmueble se derrumbó y durante varias horas se desconoció el destino del político, quien quedó atrapado entre los escombros.

El portavoz de los equipos de rescate, Shehnaz Deeba, confirmó que 12 personas, incluido el político, murieron en el ataque y otras 25 resultaron heridas.

De entre los escombros fueron rescatadas 17 personas, y se desconoce si aún quedan más atrapadas entre los restos del edificio, afirmó Deeba.

El comisionado de Policía, Zahid Saeed, dijo en una rueda de prensa que el ataque lo perpetró un suicida que logró entrar en el recinto a pesar de la seguridad.

Khanzada había recibido amenazas de grupos insurgentes recientemente, según dijo el ministro de Asuntos Parlamentarios, Sheikh Aftab Ahmed, a Pakistan Television.

El político, que ocupa el cargo desde octubre de 2014, estaba al cargo de las operaciones contra los grupos insurgentes en la provincia del Punyab.

A finales de julio las fuerzas de seguridad abatieron a Malik Ishaq, líder del grupo insurgente suní Lashkar-e-Jhangvi (LeJ), que ha reivindicado varias matanzas contra minorías en Pakistán, en un enfrentamiento en el que fallecieron once insurgentes y dos hijos del islamista.

El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, condenó el "ataque terrorista" y expresó su "dolor" por la muerte de Khanzada.

"Los terroristas serán perseguidos hasta su último refugio y serán eliminados", afirmó Sharif en un comunicado.

Pakistán lanzó el pasado junio una ofensiva militar contra los grupos insurgentes en Waziristán del Norte, tradicional bastión talibán, que ha causado la muerte de más de 2.700 insurgentes.