Rosa María Payá denuncia la falta de acceso a la nueva embajada de Cuba en EE. UU.

La disidente cubana intentó entrar al edificio, pero le prohibieron la entrada.

La disidente cubana Rosa María Payá denunció este miércoles que los funcionarios de la nueva embajada de Cuba en Washington no le dejaron acceder al edificio para entregar una carta y llamaron a la policía, y aseguró que eso demuestra que la legación "no está abierta para los cubanos".


"Estuve en el edificio que llaman embajada cubana pero no se comporta como embajada cubana, porque no le abre la puerta a los ciudadanos cubanos", dijo en una conversación telefónica con Efe la hija del activista fallecido Oswaldo Payá.


Payá afirmó que acudió este miércoles a la embajada cubana, que abrió sus puertas este lunes tras el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos, para entregar una carta dirigida al ministro de Salud Pública de Cuba, Roberto Morales, en la que pedía el informe de autopsia de su padre y del también disidente Harold Cepero, de cuyas muertes se cumplen tres años mañana, miércoles.


"No solo no me atendieron, (sino que) en el momento en que la puerta se abrió y yo hice el ademán de entrar, salieron unos hombres muy agresivos a decirme que cerrara la puerta, que no podía entrar", aseguró Payá.


"Al parecer el personal de la embajada llamó a la policía, no sé con qué excusa. La policía se acercó a mí, me preguntó, les dije que yo era cubana y solamente quería entregar una carta, y se fueron", agregó.


La disidente cubana se manifestó este lunes, junto a otros opositores al Gobierno de Raúl Castro, frente a la nueva embajada de Cuba en el momento en que se izó la bandera, y aseguró que entonces un funcionario de la legación le pidió volver al día siguiente para entregar la carta que deseaba hacer llegar a la misión.


"Mis ilusiones nunca han estado en la buena voluntad del Gobierno cubano ni de sus representantes, pero cabe destacar que es una evidencia fehaciente de que esa embajada no está abierta para los cubanos", aseveró Payá a Efe.


"Las relaciones diplomáticas habrán empezado, pero definitivamente el interés no es defender los intereses de los ciudadanos cubanos", añadió.


Payá reconoció que no vio a otros cubanos o estadounidenses tratando de acceder este miércoles a la nueva embajada más allá del "cartero", y subrayó que lleva años solicitando al Gobierno cubano el informe de autopsia de su padre, porque ese "un derecho" que tienen "los familiares de las víctimas".


Este miércoles se cumplen tres años de la muerte de Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), y del también disidente cubano Harold Cepero, fallecidos al impactar contra un árbol el vehículo en el que viajaban y que conducía Ángel Carromero, un dirigente de las juventudes del Partido Popular de España.


Desde que tuvo lugar el siniestro, por el que Carromero fue juzgado en Cuba y condenado por homicidio imprudente, la familia de Payá siempre ha cuestionado la versión del accidente de tráfico, ha reclamado una investigación independiente y ha defendido la inocencia del joven español, contra el que no presentó cargos.


Rosa María Payá también denunció este miércoles que el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., John Kirby, le hizo una advertencia este lunes, cuando ella asistió a la conferencia de prensa que ofrecieron el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, y el canciller cubano, Bruno Rodríguez.


"(Kirby) me advirtió que si hablaba, si hacía una pregunta, sería inmediatamente removida de la sala por la seguridad. Éste es el tipo de advertencia coercitiva que recibimos en Cuba todos los días o que recibí yo en Panamá, realmente es increíble que nos encontremos el mismo método dentro del Departamento de Estado", sostuvo. 

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