Encuentran en una cabaña restos de ADN de los presos fugados en Nueva York

Los reclusos estuvieron las últimas 48 horas en esa cabaña, en la que dejaron ropa interior.

Los investigadores han hallado restos de ADN que concuerdan con los dos presos fugados hace dos semanas de una cárcel del estado de Nueva York en una cabaña situada a 24 kilómetros del centro penitenciario, publica este lunes la prensa local.


Las evidencias forenses encontradas indican que los dos reclusos habrían estado en las últimas 48 horas en esa cabaña, donde también se localizó ropa interior de uno de los fugitivos, según fuentes de la investigación citadas por el periódico The New York Times.


David Sweat y Richard Matt se escaparon del penal de Clinton, cerca de la frontera con Canadá, en la noche del 5 al 6 de junio, y desde entonces son buscados por centenares de agentes policiales locales, estatales y federales. La cabaña está situada en Mountain View, una zona boscosa de difícil acceso, y vuelve a centrar la investigación en los alrededores de la cárcel, después de un fin de semana en el que la búsqueda se extendió a más de 480 kilómetros cuadrados.


Un oficial de la policía estatal, Charles Guess, explicó en una rueda de prensa que se han recuperado objetos de la cabaña y se han enviado a un laboratorio para realizar las pruebas de ADN, pero no confirmó si los resultados fueran positivos. Sweat, de 35 años, cumplía cadena perpetua por el asesinato de un alguacil en 2002, y Matt, de 48, fue condenado a 25 años por otro asesinato en 2007.


Ambos se fugaron de la cárcel perforando las paredes de sus celdas y por medio de un túnel y conductos internos llegaron hasta una alcantarilla que conducía a las afueras del penal. El pasado 12 de junio una funcionaria de prisiones que confesó a la policía haber ayudado a los dos reclusos fue detenida y acusada de varios cargos de contrabando en primer grado por colaborar en la fuga, y se enfrenta a una pena máxima de siete años de cárcel.


Joyce Mitchell, de 51 años, confesó a los investigadores que ofreció a los dos presos acceso a un teléfono celular y metió de contrabando herramientas en el centro, además de hacer gestiones para poner a su disposición un vehículo cuando se fugaran.