Las instituciones internacionales acreedoras de Grecia se reunieron la tarde del domingo para abordar una solución al problema de la deuda griega con vistas a la cumbre extraordinaria del lunes, aunque por el momento no cuentan con una nueva propuesta helena, indicaron a Efe fuentes europeas.

Este encuentro entre representantes de la Comisión Europea (CE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) "solo puede ser productivo" si Atenas les remite una nueva propuesta, señalaron las fuentes diplomáticas, que precisaron que, de momento, no les ha llegado nada.

Las instituciones negocian contrarreloj para hallar un acuerdo con Grecia de cara al eurogrupo y cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de países del euro que han sido convocados para el lunes de urgencia.

Fuentes diplomáticas europeas confirmaron que el lunes por la mañana tendrá lugar, además, un encuentro entre el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, y el primer ministro griego, Alexis Tsipras.

Por otra parte, otras fuentes en Fráncfort indicaron a Efe que se ha convocado para el lunes a las 08.30 GMT una reunión del cuadro directivo del BCE para abordar la liquidez del sector bancario griego, teniendo en cuenta que los pedidos de retirada de depósitos para el lunes ascienden ya a "1.000 millones de euros".

El Gobierno de Tsipras, por su parte, informó en un comunicado de que ha transmitido una nueva propuesta a Juncker; la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande.

Algunas medidas filtradas de ese nuevo plan, que las instituciones aseguran no haber recibido aún, muestran que, si bien mantiene los tipos de IVA propuestos por Atenas y la oposición al recorte de pensiones, incluye concesiones para tratar de alcanzar un terreno común con los acreedores.

Grecia, con las arcas prácticamente vacías, se enfrenta al vencimiento el próximo día 30 del plazo de la segunda prórroga del rescate al país y ese día Atenas debe hacer un pago de 1.600 millones de euros al FMI.

Por su parte, insiste en que el pacto con las instituciones acreedoras debe incluir necesariamente la reestructuración de la deuda y la flexibilización fiscal.