​Los europeos conmemoran la batalla de Waterloo con un mensaje de reconciliación

El enfrentamiento entre el ejercito de Napoleón y los aliados británicos, alemanes y belgo-holandeses de Wellington dejó más de 10.000 muertos y 35.000 heridos

Conmemoración de la batalla de Waterloo
?Los europeos conmemoran la batalla de Waterloo con un mensaje de reconciliación
Efe

Doscientos años después de enfrentarse en la sangrienta batalla de Waterloo, los europeos celebraron este jueves el acontecimiento con ceremonias destinadas a lanzar un mensaje de reconciliación, aunque Francia y Alemania no enviaron a sus dirigentes.


La ceremonia se llevó a cabo al pie de la famosa 'Colina del León', erigida en el campo de batalla, a la hora exacta en que Napoleón lanzó, hace 200 años, las hostilidades contra los ejércitos anglo-holandeses del duque de Wellington.

"Waterloo, la locura y la grandeza. El horror y el genio. La tragedia y luego la esperanza", declaró en ceremonia oficial el primer ministro belga, Charles Michel.


Bélgica, que durante siglos fue el campo de batalla de las potencias europeas, quiso convertir la conmemoración del bicentenario "en una oportunidad para lanzar un mensaje de reconciliación y de unión", afirmó el miércoles el gabinete del primer ministro belga.


Por su parte, el primer ministro francés, Manuel Valls, dijo en París con ironía que "se nos reprocha, según escuché esta mañana, que no estemos presentes el presidente de la república y yo" para "llorar por ese momento temible que vivió nuestro país".


El presidente francés François Hollande presidió este jueves una ceremonia en memoria del famoso llamado del 18 de junio de 1940 del general Charles de Gaulle. A Francia no le gustó que hace unos meses Bélgica decidiera acuñar una moneda conmemorativa de la batalla.


Los descendientes de los jefes de los ejércitos francés, inglés y alemán ya se habían reunido el miércoles en una ceremonia en la granja-castillo de Hougoumont, uno de los lugares emblemáticos de esta batalla que en 1815 dejó más de 10.000 muertos y 35.000 heridos.


Este jueves el rey de Holanda Willem-Alexander, cuyo ancestro el príncipe de Orange resultó herido en Waterloo, Arthur Wellesley, hijo del noveno duque de Wellington, Nikolaus Blücher von Wahlstatt, cuyo antepasado era comandante de las tropas prusianas, y Jean-Christophe Napoléon Bonaparte, actual pretendiente al título imperial, colocaron bajo un cañón cuatro cintas que recuerdan los estandartes de 1815 (naranja, rojo, negro y azul). Luego colocaron sus manos en el cañón en signo de unión, bajo la mirada del príncipe Felipe de Bélgica.


La víspera, Wahlstatt y Charles Bonaparte, descendiente de Napoleón, se dieron un caluroso apretón de manos en presencia del príncipe Carlos de Inglaterra y su esposa Camila.


"Es una lástima" que el presidente francés no asista a la conmemoración, dijo el miércoles Charles Bonaparte. "No hay ninguna razón de tener vergüenza de su propia historia. Waterloo es el inicio de una leyenda, Napoleón es un personaje mundialmente conocido", aseguró el descendiente de Jerónimo Bonaparte, hermano de Napoleón, que luchó en Waterloo.Conmemoración multitudinaria


Las grandes ceremonias de conmemoración que empezaron este jueves durarán hasta el sábado y los 180.000 entradas puestas a la venta para asistir se vendieron rápidamente.


El viernes y el sábado por la noche más de 5.000 figurantes con vestidos de época, 360 caballos y un centenar de cañones recrearán los momentos clave de la batalla, como la carga de caballería del mariscal Ney, la dura respuesta de Wellington o la llegada a última hora de los refuerzos de Blücher, que determinaron la derrota de los franceses.


La batalla de Waterloo tuvo lugar tras la vuelta del exilio de Napoleón de la isla de Elba. En pocas semanas reconstruyó el ejército francés, que en la campaña de Bélgica llegó a tener más de 93.000 hombres.


En Waterloo pudo hacer frente durante unas diez horas a las fuerzas aliadas (británicas, alemanas y belgo-holandesa) de Welllington y al ejército prusiano del mariscal Blücher, que sumaban un total 125.000 hombres.


Pero la contienda terminó con la derrota de Napoleón, que abdicó el 22 de junio y murió prisionero de los ingleses el 5 de mayo de 1821 en Santa Elena, una isla del Atlántico Sur.