​Fracasa la moción de censura en la Asamblea contra el Gobierno francés

La moción se quedó muy lejos de obtener los 289 apoyos necesarios al ser respaldada por 198 diputados.

La moción de censura presentada por la oposición contra el Gobierno del primer ministro francés, Manuel Valls, fracasó, como estaba previsto, al no conseguir el apoyo de la mayoría absoluta de la Asamblea Nacional.


La moción se quedó muy lejos de obtener los 289 apoyos necesarios al ser respaldada por 198 diputados, aún menos que quienes ya votaron a favor de esta misma medida el pasado 19 febrero.


El fracaso de la moción implica que la ley de liberalización económica (más conocida como "ley Macron" por el nombre de su autor, el ministro de Economía) queda automáticamente aprobada por la cámara baja en su segunda lectura.


La norma pasará ahora a ser revisada una vez más en el Senado a partir del 29 de junio y volverá a la Asamblea Nacional, en tercera y última lectura, donde Valls ha avisado que volverá a utilizar si es necesario el recurso constitucional del artículo 49.3, que permite su aprobación sin someterla a la votación parlamentaria.


La intención del presidente francés, François Hollande, es poder firmarla antes del 14 de julio, fecha del Día Nacional.


El primer ministro celebró con un tuit escrito por él mismo el fracaso de la moción de censura: "Ley Macron: ¡el símbolo de la reforma! Una etapa más ha sido franqueada".


La moción fue presentada por el partido conservador Los Republicanos y sus aliados centristas de la UDI, y contó con el respaldo del Frente de Izquierda, insuficiente para conseguir que saliese adelante.


El jefe parlamentario de Los Republicanos, Christian Jacob, acusó a Valls, antes de la votación, de "violar la Constitución" por su "recurso abusivo" al artículo 49.3.


Este proyecto de ley, uno de los pilares del Gobierno para el presente curso político, prevé ampliar de 5 a 12 los domingos al año en los que los comercios pueden abrir en las zonas turísticas.


Abarca además otras disposiciones para la desregulación de profesiones liberales como los notarios o la liberalización de sectores como el transporte en autobús interurbano.