​El Estado Islámico y Al-Qaeda se disputan el norte de Siria

Los grupos yihadistas pelean por el control del cinturón rural de Alepo, de vital importancia por ser la llave de la segunda ciudad del país y de la frontera con Turquía.

Los bombardeos y los combates asuelan Alepo
Los bombardeos y los combates asuelan Alepo
EFE

Las tomas de Palmira por parte del grupo yihadista Estado Islámico (EI) y de la provincia de Idlib, ahora en manos de los grupos armados de la oposición liderados por el Frente Al-Nusra (brazo de Al-Qaeda en Siria) han hecho temblar el frágil mapa de equilibrio de fuerzas que en los últimos meses existía en el norte de Siria. El EI y los grupos rebeldes se enfrentan para imponer su ley en los lugares sin presencia del régimen y desde el fin de semana se disputan el control del cinturón rural de Alepo, una zona de gran importancia estratégica porque da acceso a la frontera turca y a la segunda ciudad del país, en disputa desde el verano de 2013.


Los líderes de las distintas facciones que combaten junto al Frente Al-Nusra piden a EE UU que bombardee a unos yihadistas que atacan reforzados con el arsenal que han logrado en Palmira tras la huida del Ejército sirio, pero estas incursiones no llegan. Los hombres de Abu Baker al-Bagdadi han logrado llegar a la localidad de Sawran, situada a tan sólo 7 kilómetros de Azaz y pelean por Marea, otra localidad estratégica que les permitiría controlar los accesos a la ciudad de Alepo.


Los rebeldes tratan de establecer paralelismos entre Azaz y Kobani, la ciudad fronteriza kurda que después de meses de asedio yihadista recibió la ayuda de EE UU desde el aire y la llegada de peshmerga por tierra para echar al EI. En este caso la participación de la coalición liderada por Barack Obama parece más complicada porque en la defensa de Azaz participa el Frente Al-Nusra.


En el quinto año de guerra que sufre Siria, que ya ha dejado más de 200.000 muertos, el conflicto contra Bashar el-Asad esconde un enfrentamiento paralelo entre grupos opositores, cada uno de ellos respaldado por países extranjeros con distintas agendas. Un conflicto interno que, según los adversarios nacionales a El-Asad, está impulsado por el propio régimen, a quien acusan de ser el patrocinador del EI.Pacto con El-Asad


El portavoz de la milicia Jabhat al-Shamiya, Mohamed al-Ahmed, citado por 'The Washington Post', aseguró que existe "un pacto" entre Damasco y el EI para "sabotear los planes de los rebeldes en Alepo", segunda ciudad del país, en disputa desde el verano de 2013. Al-Ahmed habla de "coordinación entre EI y El-Asad para combatir a los muyahidines de Siria". Esta es la misma teoría que defiende la Embajada de EE UU en Siria, que a través de las redes sociales recoge que disponen de "informaciones de que el régimen realiza bombardeos para favorecer el avance del EI en Alepo".


Los combates entre islamistas, que han llegado también al sur del país, llegan de la mano de la pérdida de terreno por parte del Ejército de El-Asad, cada vez más desgastado y con más frentes abiertos. La caída de Palmira e Idlib supuso un doble golpe a la moral de los leales al presidente y a las minorías religiosas que temen la llegada del EI o el Frente Al-Nusra a sus zonas. La reacción de Damasco podría llegar de la mano del general de la Guardia Revolucionaria iraní, Qassem Suleimani, quien, según el diario 'Al-Quds al-Arabi', habría estado el fin de semana en Latakia para respaldar a las tropas de El-Asad y prometer que "el mundo se va a soprender de lo que el Ejército sirio tiene preparado para los próximos días".


Latakia es el bastión alauí (secta derivada del chiísmo a la que pertenece El-Asad) y desde la caída de Idlib a manos de los grupos armados está en su punto de mira. La situación sería tan grave para el presidente sirio que, según fuentes de seguridad consultadas por 'Al-Quds al-Arabi', el viaje de Suleimani perseguiría "formalizar el despliegue de oficiales iraníes para supervisar los combates".