Yemen entra en colapso tras el asalto hutí a la ciudad de Taiz

Estados Unidos retira sus fuerzas y oficiales yemeníes hablan abiertamente de "tambores de guerra" en el país.

Los anti houthi protestan en las calles de la ciudad yemení de Taiz
Yemen entra en colapso tras el asalto hutí a la ciudad de Taiz
Reuters

Apenas 48 horas después de los atentados suicidas reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) que acabaron con al menos 137 personas en la capital, Saná, los milicianos hutíes dieron un paso más en su intento de controlar Yemen y se hicieron con el aeropuerto de Taiz y amplias zonas de la tercera ciudad más importante del país.


Situada a 250 kilómetros de Saná, Taiz está en plena ruta hacia Adén, ciudad portuaria en la que se refugia desde febrero el presidente Mansur Hadi. La ofensiva hacia el sur del movimiento hutí podría tener como objetivo final Adén, por lo que las fuerzas leales al presidente se atrincheran a las afueras de la ciudad portuaria, según declararon fuentes militares a la agencia AFP, para cortar el posible avance de los hutíes.


Los mandos estadounidenses también temen esta ofensiva total de los rebeldes y por eso decidieron evacuar a los militares que mantenían desplegados en una base al sur, encargados del programa de aviones no tripulados que se emplean en la lucha contra Al-Qaida en la Península Arábiga (AQPA, brazo de Al Qaida surgido tras la fusión de las ramas de Arabia Saudí y Yemen).


El portavoz de la Embajada yemení en Washington, Mohammed al Basha, ha declarado en Twitter que el país se encuentra prácticamente en estado de guerra civil, un escenario al que Yemen se ha dirigido de manera inexorable durante los últimos meses ante la inacción de la comunidad internacional. "Odio decir esto", escribió Al Basha en su cuenta de Twitter, "pero estoy escuchando alto y claro el retumbar de los tambores de guerra en Yemen".


Por primera vez desde que los rebeldes chiíes se hicieron con el poder en Saná en febrero, el presidente se dirigió a la nación en un discurso televisado en el que acusó a los hutíes de dar «un golpe contra la legitimidad constitucional», señaló una vez más a Irán como el principal apoyo de los milicianos y alertó del riesgo de que el país se convierta en una nueva Libia. La réplica de Abdel-Malek al-Huti, líder rebelde y auténtico hombre fuerte del país, no se hizo esperar y llamó a Hadi «marioneta» en manos de los países del Golfo. El Gobierno iraní tampoco calló y solicitó la dimisión del presidente de Hadi «para impedir la disgregación de Yemen y la transformación de Adén en un santuario de terroristas», declaró el viceministro de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, a la agencia oficial de noticias iraní, IRNA.Reunión urgente de la ONU


Los grandes beneficiados del conflicto entre los hutíes, que contarían con el respaldo del ex presidente Alí Abdulá Saleh, y el presidente Hadi son Al-Qaida en la Península Arábiga y el recién llegado Estado Islámico, grupos que tampoco aceptan a las autoridades rebeldes por su confesión chií, por lo que les consideran herejes. Son zaidíes, una confesión derivada del chiismo, aunque se les conoce como hutíes por el clan que lidera al grupo desde 2004, y representan a un tercio de los 24 millones ciudadanos de un país de mayoría suní.


El país se enfrenta a esta doble guerra política y sectaria y el Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión de urgencia para tratar de buscar una solución a una guerra que, según diversos analistas, puede acabar de nuevo con el país dividido en dos, como hasta 1990, fecha de la unificación entre norte y sur. Al inicio de la reunión, el enviado especial de Naciones Unidas al país, Yamal Benomar, expresó por videoconferencia su temor a que la «grave situación» pueda derivar en un escenario como el de «Iraq, Siria y Libia».