El Gobierno de Mali y los rebeldes tuareg acuerdan un alto el fuego inminente

Pretender crear un clima de confianza consolidado que permita ?avanzar hacia un pacto más amplio.

El Gobierno de Mali y las milicias sublevadas que controlan la parte meridional ese país africano firmaron este jueves en la capital de Argelia un acuerdo para un alto el fuego inminente.


Según el ministro argelino de Asuntos Exteriores, Ramtan Lamamra, las dos partes han aceptado cesar las hostilidades para crear un clima de confianza consolidado que permita atajar el deterioro de la situación en el país y avanzar hacia un pacto más amplio en el futuro.


El acuerdo "permitirá observar un cese inmediato de todas las formas de violencia" y el fin de todo acto o propósito provocador, además del respeto de los compromisos contraídos en virtud de los acuerdos", previos, añadió.


Lammara, a quien acompañó durante el anuncio el enviado especial de la ONU para Mali, el tunecino Hamdi Mongi, dijo que el pacto, que se aplicara en colaboración con la MINUSMA, incluye la liberación de los detenidos en el norte de Mali, controlado desde enero de 2012 por rebeldes tuareg.


Tras este paso, el denominado "Proceso de Argel" se seguirá desarrollando en la capital argelina con el mismo carácter "constructivo, abierto e inclusivo", concluyó el ministro.


El alto el fuego se ha firmado apenas dos días después de que comenzara la quinta ronda de negociaciones entre las partes, y pese a que arrancó bajo la sombra de la violencia en el norte del país.


Pocas horas antes de comenzar el diálogo, siete personas resultaron heridas, varias de ellas de gravedad, en un ataque perpetrado por un terrorista suicida contra un cuartel en Tabankort (noreste del país) de la Misión de la ONU en Mali (MINUSMA).


Tabankort es una de las zonas más conflictivas del noreste de Mali, escenario de combates entre rebeldes tuareg asociados al separatista Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA) y grupos armados tuareg leales al gobierno en Bamako, conocidos bajo el nombre de Gatia.


Ambos movimientos paramilitares luchan desde hace semanas por el control de esta región del noreste de Mali, sin que el Ejército nacional ni la fuerza de estabilización de la ONU hayan logrado impedirlo.


En esta quinta ronda se sentaron a la misma mesa el gobierno en Bamako y enviados de los diferentes grupos políticos y de las milicias sublevadas de norte de ese país africano, además de representantes del resto de naciones mediadoras como Níger, Mauritania, Burkina Faso y Chad.


También participaron responsables de organizaciones internacionales que intentan hacer avanzar el diálogo, como la Unión Africana, la ONU, la Unión Europea, la Organización de Cooperación Islámica (OCI) y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).

La situación política en Mali es de inestabilidad desde que en 2012 el país fuera escenario de un golpe de Estado.


El alzamiento permitió que el MNLA, además de bandas yihadistas afines ideológicamente a los islamistas de Ansar al Din, a Mujao y Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), se hicieran con el control de las regiones del norte de Mali, un vasto territorio, en gran parte desértico, que separa el norte de África de la llamada zona subsahariana.


Los tres grupos armados controlaron durante cerca de diez meses el norte de Mali, de donde en gran parte fueron expulsados gracias a una intervención internacional encabezada por Francia en enero de 2013.