El caso 'Nisman', clave en año electoral en Argentina

El fiscal fue encontrado en su casa con un tiro en la cabeza en la madrugada del lunes.

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández
El caso 'Nisman', clave en año electoral en Argentina
EFE

La evolución del 'caso Nisman' jugará un papel clave en el proceso electoral que vivirá este año Argentina y puede pasarle factura al oficialismo por la pésima gestión gubernamental del mayor escándalo político del mandato de Cristina Fernández.


En medio de una tormenta política sin precedentes en una década, la presidenta se mantiene en su residencia de Olivos, en las afueras de Buenos Aires, sin aparecer en público desde el pasado 14 de enero, cuando Alberto Nisman la denunció por encubrimiento.


El fiscal fue encontrado en su casa con un tiro en la cabeza en la madrugada del lunes, horas antes de comparecer ante el Congreso para explicar la denuncia que había presentado contra Fernández y varios de sus colaboradores por encubrir a supuestos terroristas iraníes.


La presidenta, que inicialmente abonó la hipótesis del suicidio, dio el jueves un giro radical y atribuyó su muerte a una conspiración para desestabilizar al Gobierno urdida por ex agentes de los servicios de inteligencia.


"No tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas", señaló Fernández, que recurre a la cadena nacional en televisión incluso para los anuncios más nimios, pero ha optado esta vez por utilizar las redes sociales para difundir sus mensajes.


Su denuncia sacudió al país y dejó aún más atónitos a los argentinos, que asisten indignados a una trama propia de novela negra.

La Justicia pide pruebas a la presidenta y la oposición le exige que esté a la altura de las circunstancias como Jefa de Estado y que abandone un comportamiento que el opositor Francisco de Narváez calificó de "adolescente".


Mientras, la imagen de Fernández se desploma en las encuestas al mismo ritmo que la confianza en las instituciones.


Según una encuesta de Management & Fit, el 84% de los argentinos cree que la muerte del fiscal Alberto Nisman afectará negativamente a la imagen de la presidenta y el 70 % considera que quedará impune.

Además, el 61 % opina que las acusaciones de Nisman por encubrimiento contra la presidenta son ciertas.


Para la experta Virginia García Beaudoux, la gobernante "se encuentra en una situación de alta fragilidad y muy complicada", que "afecta profundamente la confianza en el Gobierno".


"Es una crisis de comunicación que hasta ahora ha sido mal manejada", continúa Beaudoux, que subraya que Cristina Fernández, hasta ahora, "habla tangencialmente del tema pero no actúa como la gente esperaba que un presidente actuara en esta situación".


No obstante, no se sorprende por su reacción: "Es su estilo habitual del manejo de las crisis. Habla muchísimo, tiene muchísima presencia en los medios, ha abusado de la cadena nacional de todas las maneras imaginables menos en los momentos críticos en los que es necesario que un presidente hable".


"En esos momentos, ella se retira de la escena pública y su estrategia de comunicación es el silencio. Es una mala estrategia y una mala elección", sostiene en una entrevista la codirectora del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano.


Mientras, los ciudadanos mantienen "un compás de espera" porque "se ha cruzado un límite de lo que era tolerable o esperable" y "el Gobierno ha perdido toda su credibilidad", apunta.


Si este escándalo se hubiera producido en vísperas de las elecciones presidenciales, convocadas para octubre, "hubiera tenido un efecto "catastrófico" para el oficialismo, pero "hay que esperar a ver qué pasa con este caso".


A juicio de Rosendo Fraga, director de la consultora Nueva Mayoría, "este intento inicial de imponer la tesis del suicidio antes de que avance la investigación judicial ha terminado generando en el Gobierno un desgaste político importante".


"Electoralmente, el Gobierno tiene una elección difícil" pero, continúa Fraga en declaraciones a Efe, "quedan nueve meses hasta las elecciones y es mucho tiempo", aunque "está muy claro que esta situación beneficia a cualquier candidato de la oposición y perjudica a cualquiera del oficialismo".


La última palabra la tendrán los electores en octubre. Para entonces, quizá todavía no sepan quien "suicidó" a Alberto Nisman.