Un monje tibetano se inmola en Sichuan y ya es el tercer caso de este tipo en diez días

Pekín culpa a los exiliados tibetanos, incluido su líder el Dalai Lama, de alentar estos suicidios.

Un monje tibetano llamado Kalshang Yeshe se inmoló en la localidad de Tawu, en la provincia suroccidental china de Sichuan, tras pedir el regreso del Dalai Lama al Tíbet y mayor libertad para su pueblo, en el tercer incidente de este tipo en diez días.


El suceso, según informó la organización estadounidense Campaña Internacional por el Tíbet, ocurrió el 23 de diciembre en las cercanías del monasterio de Nyitso, donde las tensiones entre los religiosos y las autoridades han aumentado a raíz de que en 2013 la policía disparara contra los monjes.


Kalshang, de 37 años, se prendió fuego frente a una comisaría próxima al monasterio y, tras la protesta, cientos de personas se concentraron en el lugar para pedir a las autoridades, que habían retirado el cadáver, que lo devolvieran para poder celebrar un funeral.


Las autoridades chinas suelen incinerar los cuerpos de los inmolados, en contra la voluntad de sus familias, que quieren cumplir los preceptos del budismo tibetano, lo que acaba generando nuevas protestas.


En la misma zona, en julio del pasado año, la policía abrió fuego contra un grupo de monjes que se concentraban para celebrar el cumpleaños del Dalai Lama, su líder espiritual en el exilio, un suceso en el que resultaron heridos dos religiosos.


La inmolación de esta semana es la tercera que se produce en zonas habitadas por la etnia tibetana en el oeste de China en los últimos días, después de tres meses en los que no se habían reportado incidentes de este tipo.


El pasado día 16, Sangye Khar, de unos 35 años, se inmoló junto a una comisaría en la localidad de Amchok, de la provincia occidental china de Qinghai, y el día 22 una joven de 21 años llamada Tsepe falleció en similares circunstancias en Sichuan.


Según la Campaña Internacional del Tíbet, con sede en EE.UU., ha habido más de 130 intentos de inmolación desde 2009 (alrededor de un centenar de ellos con resultado de muerte), aunque la frecuencia de los casos se había reducido en los dos últimos años.


China asegura que el Tíbet es desde hace siglos parte inseparable de su territorio, mientras que los tibetanos en el exilio argumentan que la región fue durante mucho tiempo virtualmente independiente hasta que fue ocupada por las tropas comunistas en 1951.


Estas comunidades en el exterior acusan a China de causar indirectamente las inmolaciones debido a sus políticas represivas de la cultura y la religión tibetana, mientras que Pekín culpa al exilio, incluido su líder el Dalai Lama, de alentar estos suicidios.