​Cameron quiere obligar a volver a sus países a europeos que no encuentren trabajo en 6 meses

?Aboga por una inmigración "controlada" para frenar los "abusos" de la libertad de movimientos en la UE.

David Cameron
​Cameron quiere obligar a volver a sus países a europeos que no encuentren trabajo en 6 meses
AFP

El primer ministro británico, David Cameron, presentó una batería de medidas draconianas para controlar la inmigración comunitaria en el Reino Unido y prometió negociar con sus socios de la UE para que acepten sus reformas.


En un evento que tuvo lugar en una planta que fabrica equipos para la construcción en Staffordshire, centro de Inglaterra, Cameron pronunció su muy esperado discurso sobre inmigración, cuando faltan menos de seis meses para las elecciones generales.


El plan, que solo saldrá adelante si Cameron es reelegido para un segundo mandato de Gobierno, impone duras restricciones a los comunitarios que quieran trabajar en el Reino Unido, como el plazo de seis meses para que encuentren trabajo o haber vivido cuatro años en el país antes de beneficiarse de los subsidios estatales.


Aunque Cameron reconoció que se trata de unas medidas "radicales", las consideró "razonables" y "justas" por la fuerte presión que sufren los servicios esenciales, como las escuelas y los hospitales, para atender las necesidades de la población.


Además de obligar a los comunitarios a volver a sus países si no encuentran trabajo en seis meses, los "tories" quieren hacer más difícil que los inmigrantes de la UE traigan a sus familiares.


También busca acelerar el proceso de deportación de los condenados por delitos y extender el periodo de expulsión del país de aquellas personas que fueron deportadas por delitos relacionados con la mendicidad y el fraude.


Entre otras cosas, Cameron dijo que quiere prohibir la entrada de inmigrantes de países recién adheridos a la UE hasta que sus economías se equiparen con las del resto de socios comunitarios.


Además, Interior reforzará la vigilancia de los llamados matrimonios de conveniencia, mientras que se obligará a los caseros que verifiquen el estatus de inmigración de sus inquilinos.


Los planes fueron dados a conocer un día después de que la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) facilitara las últimas cifras de inmigración, que se sitúan muy por encima de lo esperado.


Según la ONS, la inmigración neta a este país -la diferencia entre los ciudadanos que llegan y los que se marchan- fue de 260.000 personas entre los meses de junio de 2013 y de 2014, frente a los 182.000 computados en ese mismo periodo del año anterior.


Cameron ha prometido que sus propuestas servirán de base para negociar una reforma de la UE, lo que implicaría modificar los tratados, antes de convocar el referéndum sobre la permanencia o salida del país de la UE antes de que termine 2017, pero siempre que los "tories" ganen las elecciones.


El primer ministro pronunció este discurso en momentos en que ha avanzado en las urnas el antieuropeo y antiinmigración Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) de Nigel Farage.


"Está claro que la gente se siente frustrada. (Esto) Se reduce a una palabra: control", afirmó Cameron.


"La gente quiere que el Gobierno controle el número de personas que vienen aquí y las circunstancias en que lo hacen", añadió.


Si bien Cameron admitió que el Reino Unido apoya el principio comunitario de libertad de movimiento de los trabajadores, consideró de suma importancia impedir que haya abusos.


"Tenemos intención de reducir la inmigración de Europa atajando los abusos, limitando la capacidad de los inmigrantes de quedarse sin tener un trabajo", añadió el "premier".


También aclaró que si sus inquietudes no son escuchadas, "no descarta nada", lo que ha sido interpretado como una clara señal de que está dispuesto a considerar la salida de la UE.


El líder de la oposición laborista, Ed Miliband, acusó al primer ministro de "no tener credibilidad" en materia de inmigración y de haber "roto" las promesas de recortar el número de extranjeros.


Por su parte, Farage dijo que Cameron debería pedir disculpas por no cumplir sus promesas electorales, pues en 2010 había dicho que la inmigración neta caería por debajo de las 100.000 personas.