Milicias hutíes controlan la sede del Gobierno en Saná

Exigen la formación de un nuevo Gobierno y la restauración de los subsidios a los combustibles.

Los rebeldes chiíes del movimiento hutí 'Ansar Alá' (Seguidores de Dios) tomaron este domingo la sede del Gobierno yemení y el edificio de la emisora de radio oficial, después de que los militares que protegían el lugar se hayan retirado en acto de rebeldía.


Según informó una fuente de las milicias que controlan ahora ambos edificios, los soldados abandonaron las labores de vigilancia "molestos" por no recibir disculpas por la muerte de al menos diez personas en el incendio que tuvo lugar ayer en la sede de la televisión oficial en Saná.


La misma fuente aseguró que no se produjeron enfrentamientos, ya que los militares abandonaron el edificio pacíficamente.


El movimiento de Ansar Alá anunció esta tarde que sus combatientes habían tomado el control de la sede de la comandancia de la Sexta Región Militar, que es el cuartel militar más importante en Saná y que está ubicado en la calle de Al Setin, en el barrio Madbah, tras sangrientos enfrentamientos que duraron tres días.


Además, también controlan los accesos al Estado Mayor del Ejército, la sede del Gobierno, el Banco Central de Yemen y los medios de comunicación públicos.


Con estas tomas de varios edificios estratégicos, los hutíes extendieron su control sobre el norte y el centro de la capital yemení, tras cuatro días de enfrentamientos con el Ejército.


Los milicianos chiíes han instalado además puestos de control en todos los barrios del norte, oeste y centro de Saná.


Además, en un comunicado del Ministerio del Interior, el general Abd Husein al Turab, pidió hoy no enfrentarse a los milicianos hutíes, a los que consideró "amigos de la policía".


En la misma nota, pidió cooperar con ellos y "dejar de lado cualquier tipo de diferencia para consolidar la seguridad y la estabilidad y para salvaguardar la propiedad pública y las instalaciones del Gobierno".


Los hutíes exigen la formación de un nuevo Gobierno, y la restauración de los subsidios a los combustibles, aunque para las autoridades estas demandas son solo una tapadera a sus intentos por obtener más poder.


Tras alzarse en armas en 2004, los insurgentes chiíes controlan desde 2010 la provincia septentrional de Saada y tratan desde hace meses de ampliar las zonas bajo su dominio.