La violencia se enquista en las dos principales ciudades de Libia

Los combatientes milicianos siembran el caos en Trípoli y Bengasi.

Un misil provocó un incendio en el aeropuerto de Trípoli
La violencia se enquista en las dos principales ciudades de Libia
Efe

La violencia entre milicias rivales se enquista en Trípoli y Bengasi, las dos mayores ciudades de Libia, mientras se multiplican las llamadas de diferentes gobiernos a sus conciudadanos para que abandonen el país.


En la capital los enfrentamientos casi ininterrumpidos entre combatientes milicianos de las ciudades de Misrata y Zintán por el control del aeropuerto desde hace dos semanas han causado ya la muerte de 97 personas y más de 400 heridos.


El pasado 13 de julio las milicias de Misrata, situada a 200 kilómetros al este de Trípoli, lanzaron la denominada operación 'Al Fayer' (El amanecer) con la intención de arrebatar el aeropuerto a las brigadas de Zintán, ciudad localizada a 170 kilómetros al suroeste de la capital.


El aeródromo internacional cayó en manos de hombres armados de esta segunda ciudad durante el levantamiento popular armado de 2011 contra el dictador Muamar al Gadafi y lo controlan desde entonces.


Los combates han forzado a numerosas familias de la zona a abandonar el lugar y el domingo un misil impactó en unas cercanas instalaciones de la compañía petrolera libia Brega, en las que se almacenan hasta 90 millones de litros de distintos tipos de combustible, según un responsable.


La explosión provocó un incendio en un depósito de gasolina y este lunes las llamas se han extendido a un contenedor de combustible cercano ante la impotencia de los bomberos cuyos vehículos han sido blanco de varios disparos intimidatorios.


El Gobierno libio, que ha calificado la situación de "muy peligrosa", ha pedido un alto el fuego de los combates para facilitar las labores de extinción y ha mostrado su temor de que el incendio pueda provocar una "catástrofe" humana y medioambiental.


Asimismo, ha pedido a los habitantes que habitan a un radio de tres kilómetros que abandonen sus casas por precaución.


Un responsable del sector petrolero, que prefirió no identificarse, aseguró que hombres armados habían disparado contra uno de los 13 vehículos de bomberos desplazados hasta el lugar.


El Ejecutivo interino de Abdala al Zani también ha pedido ayuda internacional para contribuir a las labores de extinción y espera la llegada de aviones para sofocar las llamas.


Esta situación, que se prolonga ya durante quince días ante la impotencia de las autoridades libias -que han llamado a la calma y han lanzado varios intentos fallidos de mediación- se suma a la inestabilidad que se vive en la ciudad de Bengasi desde el pasado mayo.


El 16 de mayo, el general retirado Jalifa Hafter, que luchó junto al bando rebelde durante el levantamiento de 2011, lanzó una ofensiva contra las milicias islamistas de esta ciudad oriental, la segunda más grande del país, e instó a la disolución del Gobierno.


Desde entonces, se han reproducido periódicamente los enfrentamientos en la ciudad, y en el último brote de violencia, ocurrido esta semana, entorno a 40 personas perdieron la vida en unos combates por el control de un cuartel de tropas fieles a Hafter.


Esta situación, que se produce mientras el nuevo Parlamento electo aún no ha sido investido (está previsto que se reúna por primera vez el 4 de agosto), ha vuelto a alertar a numerosos países, que han retirado a su personal diplomático y recomendado a sus ciudadanos que abandonen el país.


A Argelia y Arabia Saudí, que tomaron esta medida el pasado mayo tras el levantamiento armado del general Hafter, se han sumado en los últimos días Estados Unidos, Francia, Italia, el Reino Unido, Alemania o España.


Estos últimos cinco países tienen previsto, además, tomar medidas para evacuar a sus ciudadanos.


El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, anunció este lunes desde Benin que el Ministerio de Defensa enviará un avión a Libia para trasladar a los españoles que deseen salir del país y a los miembros de la embajada en Trípoli, donde España dejará la representación diplomática "al mínimo".


Según Margallo, en Libia hay 19 diplomáticos españoles, además de dos religiosos y otros 150 residentes.