Barack Obama envía asesores militares a Iraq y no descarta ataques contra los yihadistas

Subrayó que EE. UU. va a proveer el "espacio" y las "herramientas" para acabar con la inestabilidad.

Obama en Varsovia este miércoles
Obama en Varsovia este miércoles

El presidente estadounidense, Barack Obama, presentó  su plan para detener los avances del extremismo islamista dentro de Iraq con el envío de 300 asesores militares y la posibilidad de marcar objetivos para ataques aéreos "selectivos".


Obama aseguró que con este paso "las tropas de combate estadounidenses no están regresando a luchar en Iraq" y advirtió que "EEUU no va a llevar a cabo una acción militar para beneficiar a una facción (del islam) sobre otra" con la excusa de parar a los extremistas del Estado Islámico de Iraq y el Levante (EIIL).


El presidente subrayó que Estados Unidos va a proveer el "espacio" y las "herramientas" que Iraq necesita para acabar con la inestabilidad, pero son los líderes iraquíes los que tienen que encontrar una solución política que incluya también a las minorías suní y kurda.


"No es nuestra labor elegir a los líderes iraquíes (...) debe haber una agenda en la que suníes, chiitas y kurdos se sientan que tienen oportunidades para avanzar sus intereses", explicó Obama poco después de reunirse con su equipo de seguridad.


El primer ministro chií, Nuri al Maliki, aliado de Estados Unidos, está perdiendo apoyos en Washington al ser acusado de haber exacerbado las diferencias sectarias que el EIIL ha capitalizado con avances por áreas de mayoría suní.


Washington está presionando para que Al Maliki sea sustituido con la formación de un nuevo gobierno tras las elecciones legislativas del pasado abril, que ganó el partido del primer ministro con solo un tercio del Parlamento, lo que obliga a negociar una coalición.


Obama también dijo que Irán, el gran aliado chiita de la región, puede jugar un papel "constructivo" en la crisis iraquí, pero si interviene "como fuerza armada en nombre de los chiitas eso va a empeorar la situación".


Mientras se solucionan las brechas políticas, Obama anunció que Estados Unidos creará centros de coordinación conjuntos con los iraquíes para compartir inteligencia y acordar decisiones tácticas que permitan frenar al EIIL.


En esos centros se desplegarán los hasta 300 efectivos prometidos por Obama, en su mayoría Boinas Verdes, el cuerpo de elite del Ejército encargado de acciones de contraterrorismo.


Según informó un alto funcionario del gobierno estadounidense, los militares llegarán "muy pronto" a Iraq, ya que trabajan en ese área de operaciones, y se establecerán especialmente dentro y en los alrededores de Bagdad.


Los militares evaluarán la situación sobre el terreno y proveerán asesoramiento para que el Ejército iraquí tome la iniciativa y ataque posiciones del EIIL, que ha avanzado en las dos últimas semanas hasta las puertas de Bagdad.


Con la información de inteligencia recabada Obama se reserva la posibilidad de ordenar "acciones militares selectivas y precisas" -probablemente ataques aéreos- si las considera necesarias y tras consultarlas con el Congreso.


Obama también anunció que enviará al secretario de Estado, John Kerry, en una gira por Oriente Medio y Europa en un "esfuerzo diplomático" y para consultar con sus aliados la situación en Irak.


Los avances del EIIL han puesto en entredicho la política de Estados Unidos en Iraq y la decisión de Washington de abandonar el país a finales de 2011 sin dejar un contingente de tropas que ayudase a evitar la desintegración de las fuerzas armadas iraquíes, fuertemente fragmentada en facciones religiosas.


Obama recordó que ellos ofrecieron una "fuerza residual" en Iraq pero al no tener garantizada la inmunidad de sus efectivos decidieron abandonar totalmente el país.


Estados Unidos ha provisto al gobierno central iraquí con 15.000 millones de dólares en material militar y entrenamiento desde la retirada del país que puso fin a casi nueve años de ocupación iniciada por George W. Bush en 2003 con justificaciones sin fundamento.


Pese a años de guerra y miles de millones en cooperación, la semana pasada, miles de soldados iraquíes abandonaron sus armas y su flamante equipamiento estadounidense, incluidos vehículos blindados, ante la llegada de los rebeldes del EIIL a Mosul, un hecho que ha escandalizado a los altos oficiales del Pentágono, muchos de los cuales se curtieron en Iraq.


Desde Londres, el que fuera jefe de las tropas estadounidenses en Iraqy director de la CIA, David Petraeus, dijo que "Estados Unidos no puede ser la fuerza aérea de las milicias chiitas en una lucha entre chiitas y suníes árabes".


Estos recelos también existen en la cúpula militar estadounidense, que no quiere agitar el avispero sectario de Iraqy solo recomienda ataques aéreos una vez se disponga de inteligencia bien fundamentada.


Un funcionario del Pentágono indicó que desde hace una semana, a petición de Bagdad, están realizando vuelos tripulados y no tripulados "las 24 horas del día" para recopilar información de las posiciones de los rebeldes del EIIL, una fuerza irregular difícil de detectar una vez dentro de núcleos urbanos.


Obama advirtió de que en esta crisis se juega el futuro de Iraqy el país se asoma a una guerra civil, que sumada al conflicto en la vecina Siria, donde el EIIL ha crecido, pone en riesgo la seguridad nacional de la región, especialmente Jordania, y de Estados Unidos y Europa, objetivo de futuros ataques terroristas.