Un empresario pasa su segunda noche encaramado en la cúpula de San Pedro

El manifestante se ha herido en una pierna y ha pedido ayuda a las autoridades vaticanas.

Es la tercera vez que este empresario se sube a la cúpula para protestar
Un empresario pasa su segunda noche encaramado en cúpula de San Pedro

El empresario italiano Marcello di Finizio pasó su segunda noche encaramado a la cúpula de la basílica San Pedro del Vaticano, donde permanece desde el pasado sábado y por cuarta vez en los últimos dos años para protestar por la situación económica personal y del país.


Di Finizio ha pasado la noche sobre uno de las claraboyas de la cúpula y desde allí, gracias a una tableta que tiene consigo, ha colgado algunos mensajes en la red social Facebook en los que asegura que pasa mucho frío y que está muerto de cansancio y pidió ánimos.


Según algunos medios, el manifestante se ha herido en una pierna con uno de los paneles de plexiglás colocados en la linterna de la Cúpula para evitar justo que la gente pudiese descolgarse.


"Por favor, podéis llamar a la secretaría del Vaticano y preguntarles si ellos, muy cristianamente, podrían proporcionarme un poco de agua, gasas y algún desinfectante. Creo que el agua no se le puede negar a nadie y si no tienen agua, una esponja con vinagre", solicitó en uno de los mensajes colgados en la red social.


El empresario se encaramó el sábado por la tarde y desplegó una pancarta en la que se dirige al presidente italiano, Giorgio Napolitano, y al papa Francisco y pide "que se detenga todo esto" en relación a las medidas de austeridad.


Di Finizio protesta, además, contra la directiva Bolkestein de la Unión Europea, que impone que salgan a subasta las concesiones de restaurantes balnearios a la orilla del mar a partir de 2015, lo que afectaría a un restaurante de su propiedad.


El restaurante de Di Finizio, 'La Voz de la Luna', situado frente al mar, fue destruido hace algunos años por un incendio, y, tras lograr su reapertura, podría perderlo por la ley europea.


La última vez que Di Finizio, residente en Trieste (noreste de Italia), se descolgó de la basílica de San Pedro fue el 20 de mayo de 2013 y allí permaneció dos días, sujetado con cuerdas sobre uno de los ojos de buey de la cúpula.


Previamente, el 30 de julio y el 3 de octubre de 2012 se había encaramado también a la cúpula, donde permaneció hasta tres días con el objetivo de pedir al Gobierno que ayudara a las pequeñas empresas italianas.


El empresario utiliza siempre el mismo método: paga su entrada como un turista más, llega a la linterna de la cúpula de San Pedro y desde ahí se desliza hasta una de sus claraboyas, donde se asegura con arneses y permanece hasta que los agentes de seguridad del Vaticano le convencen de que abandone la protesta.