Un niño de 11 años y un bebé de tres meses llegan este jueves a España tras ser liberados por policías españoles y bolivianos en Bolivia, donde habían permanecido secuestrados durante una semana como garantía de pago de una deuda de drogas que contrajo su madre, que ahora está en la cárcel.

Los dos menores, que llegarán mañana a España junto con los policías que participaron en su liberación, eran de nacionalidad española y permanecían secuestrados en Santa Cruz (Bolivia) junto con otro menor como prenda por una deuda relacionada con tráfico de cocaína.

Esta deuda la había contraído su madre, una mujer de 29 años original del municipio murciano de Jumilla que fue detenida el pasado 16 de marzo en un control rutinario de tráfico en Yecla (Murcia) con 35 gramos de cocaína y 16.000 euros en efectivo, en un vehículo del que no pudo probar su procedencia.

La mujer había sido captada en Bolivia por unos narcotraficantes para transportar y realizar la entrega de casi un kilo de cocaína en España, según la Policía Nacional.

La arrestada, en prisión preventiva por un presunto delito contra la salud pública, había pasado unos días en Barcelona antes de su arresto en Yecla, donde solo se le encontró 35 gramos de esta sustancia.

La mujer asegura que los 16.000 euros que fueron encontrados en su vehículo debían ser remitidos a los narcotraficantes de Bolivia en pagos de 2.000 euros, de los que ya había efectuado dos.

Al no recibir el resto del dinero, los narcotraficantes creyeron que estaban siendo engañados por la mujer, por lo que decidieron secuestrar a sus hijos -de 11 años y tres meses- para obligarla a efectuar el pago total.

Al parecer, uno de los secuestradores era la pareja sentimental de la madre, también relacionado con la red de traficantes, y había quedado al cargo de los menores mientras ella intentaba pasar la cocaína a España.

Los supuestos secuestradores fueron detenidos el miércoles en Santa Cruz y se les ha decretado prisión preventiva por la justicia Boliviana.

Los que avisaron a la Policía del secuestro fueron los familiares de los niños, que comenzaron a recibir mensajes de los narcotraficantes amenazándoles con matarles si no se efectuaba el pago acordado.

La Policía Nacional activó entonces el protocolo de secuestros internacional y notificó los hechos a Interpol, que coordinó el dispositivo junto al agregado de Interior de la Embajada de España en Bolivia.

Algunos agentes se trasladaron a Bolivia para participar en el dispositivo de búsqueda que culminó en la detención de tres sospechosos: la persona que debía recibir el dinero, uno de los sujetos que estaba realizando las llamadas y la pareja de la mujer que se llevó a los pequeños.

Los agentes pudieron así rescatar al niño y al bebé que se encontraban secuestrados en distintas viviendas.

El tercer menor, del que apenas se conocen datos, ha quedado a disposición de los servicios sociales de Bolivia y, de momento, no será repatriado a España porque tiene familia paterna en el país andino y porque no tienen nacionalidad española