Los temas humanitarios centran los primeros pasos en el proceso de paz de Siria en Ginebra

Los discusiones políticas, mucho más difíciles, vendrán tras las primeras tomas de contacto.

El segundo día de las negociaciones de paz para Siria se centró en el acceso humanitario a la ciudad de Homs, mientras que mañana se hablará de liberación de detenidos políticos, antes de entrar de lleno en discusiones políticas que se anticipan muy difíciles a partir del lunes.


Así lo indicaron hoy el mediador en este proceso, Lajdar Brahimi, y el portavoz de la delegación opositora, Louay Safi, que no entraron a valorar qué consecuencias tendría sobre las negociaciones políticas fracasar en los objetivos humanitarios.


Para la oposición se trata de "poner a prueba" las verdaderas intenciones del gobierno, cuyas fuerzas han lanzado este sábado bombardeos aéreos contra Alepo, ciudad que se ha convertido en las últimas semanas en el principal foco de los combates.


Sin embargo, tanto Brahimi como el portavoz opositor indicaron que las primeras dos jornadas representan únicamente una "fase introductoria" antes de entrar en las negociaciones políticas.


El núcleo de las mismas será el establecimiento de un órgano de gobierno transitorio, al que el gobierno actual tendría que transferir todos sus poderes, particularmente sobre las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia.


La oposición aspira a que ese órgano procese a los responsables de crímenes durante los tres años del conflicto armado en Siria, de los que responsabiliza en su conjunto al régimen de Bachar Al Asad.


"Nuestra delegación no está en Ginebra para discutir de la apertura de corredores humanitarios aquí y allá, sino sobre el futuro de Siria", recalcó Safi.


Brahimi, en contrapartida, valoró estas conversaciones iniciales de carácter humanitario no sólo por el alivio del sufrimiento de civiles inocentes, presos políticos y sus familias, sino por la oportunidad que supone para que ambas partes "se acostumbren" a hablar entre si.


El gran paso dado este sábado fue justamente ese: poner a ambas delegaciones cara a cara a dialogar, aunque lo hayan hecho indirectamente, dirigiéndose siempre a Brahimi.


"¿Cuál ha sido la impresión que tuvo al estar sentado frente a la otra parte?, le preguntó una periodistas a un delegado opositor, Anas Abdeh, quien respondió que hubo una "mezcla de sentimientos".


"Por una parte, sentarnos frente a la delegación que representa a los asesinos de Damasco no fue fácil, pero estamos aquí por el bien del pueblo sirio", sostuvo.


Abdeh adelantó que en caso de que el gobierno proponga el nombre del presidente Bachar Al Asad o alguno de sus allegados como miembro del futuro órgano de gobierno, la oposición lo vetará.


La delegación gubernamental siria fue menos pródiga en declaraciones que la opositora, pero el ministro de Información, Omran Zoabi, habló algunos minutos con los periodistas para aclarar que el Gobierno de Asad tiene "reservas totales" en relación al referido órgano de gobierno transitorio.


"No oponemos a esa idea" por "inapropiada e innecesaria", dijo.


El objetivo es que esa entidad -la oposición espera pueda constituirse en un plazo de tres a seis meses- conduzca la transición política hasta la celebración de elecciones libres.


El interés del gobierno en este proceso es centrarlo en la lucha contra "grupos terroristas", que desde su punto de vista incluyen a todos los grupos opositores levantados en armas.


Al respecto, Brahimi opinó que la finalidad de las negociaciones es "terminar con la guerra", que es la que "ha creado las condiciones para que el terrorismo eche raíces y se expanda", con grupos vinculados a Al Qaeda, como el Frente al Nusra y el Estado Islámico de Irak y del Levante.