Telecomunicaciones

Bruselas quiere acabar con los cobros extras por usar el móvil en el extranjero

Las compañías alegan que la supresión del 'roaming' reducirá considerablemente sus ingresos y se traducirá en un recorte de las inversiones necesarias para desplegar las nuevas redes de fibra óptica.

La tarifas en el extranjero serán reguladas
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La Comisión Europea presentará el próximo miércoles sus propuestas legislativas para obligar a los operadores a eliminar los recargos tarifarios por el uso del móvil en el extranjero ('roaming'), tanto para llamadas como para navegar por Internet, desde julio de 2014 y como muy tarde en el plazo de dos años. El Ejecutivo comunitario prohibirá además a las compañías bloquear servicios rivales como Skype o Whatsapp.


Los planes de Bruselas chocan con la oposición de las grandes operadoras europeas como Telefónica, France Telecom o Deutsche Telekom. Estas compañías alegan que la supresión del 'roaming' reducirá considerablemente sus ingresos y se traducirá en un recorte de las inversiones necesarias para desplegar las nuevas redes de fibra óptica.


La vicepresidenta de la Comisión y responsable de Telecomunicaciones, Neelie Kroes, ha justificado su plan en la necesidad de acabar con una de las últimas fronteras que todavía existen en el mercado interior europeo. El gasto en 'roaming' "es irritante, es injusto y es algo ya caduco", dijo Kroes en un reciente discurso ante la Eurocámara.


El Ejecutivo comunitario quiere obligar a los operadores a ofrecer a sus clientes de aquí a julio de 2014 planes tarifarios que cubran al menos 21 países de la UE y el 85% de la población sin recargos de itinerancia. Bruselas admite que esta propuesta supondrá para las compañías una pérdida de ingresos de 1.600 millones de euros, pero alega que podrán recuperarse en parte gracias al mayor uso del móvil en el extranjero.


Aquellas telecos que no cumplan este requisito seguirán sujetas a las normas de la UE que regulan el precio del 'roaming', que les forzarán a recortar un 67% los precios mayoristas de este servicio. Además, sus clientes tendrán derecho cuando vayan al extranjero a contratar servicios más baratos de una compañía local o de un operador rival en el país de origen.


La nueva legislación, que debe ser aprobada por los Gobiernos y la Eurocámara, prohíbe además totalmente a los operadores cobrar por recibir llamadas en el extranjero. En el caso de las líneas fijas, el coste de las llamadas internacionales no podrá ser superior al de las llamadas nacionales de larga distancia.

Libre uso de Skype y Whatsapp

Por lo que se refiere a la neutralidad de la red, Kroes pretende prohibir a los operadores que bloqueen o ralenticen servicios rivales como Skype o Whatsapp. En la actualidad, este tipo de restricciones afectan al 21% de los usuarios de Internet en línea fija y al 36% de los clientes de internet móvil (200 millones), según los datos de Bruselas.


Las compañías sí podrán ofrecer ofertas diferenciadas, por ejemplo por velocidad, y competir en calidad del servicio, siempre que estas ofertas no sean discriminatorias para ningún servicio.


El Ejecutivo comunitario pretende finalmente reforzar los derechos de los clientes. Los operadores deberán informar sobre la velocidad media real que proporcionan a los usuarios tanto en horas punta como en periodos normales, las limitaciones en el volumen de datos y las prácticas de gestión del tráfico. Los reguladores nacionales tendrán que controlar la calidad del servicio y los usuarios tendrán derecho a rescindir su contrato si de forma persistente reciben una velocidad inferior a la contratada.


Como contrapartida a estas restricciones, Bruselas ofrece a los operadores reducir la burocracia y acelerar la liberalización del espectro con el objetivo de facilitar la consolidación del sector. El objetivo de la Comisión es permitir que las compañías europeas vuelvan a recuperar el papel puntero que tuvieron en los años 90 y que ahora han perdido frente a Estados Unidos y Asia.


Los operadores sólo necesitarán la autorización del Estado miembro en el que estén basados para operar en todo el territorio de la UE, sin tener que pedir 28 licencias como ocurre ahora. Además, se reducirá la regulación de los submercados de telecomunicaciones. El Ejecutivo comunitario renuncia a proponer la creación de un regulador único porque no lo ve factible políticamente, pero quiere obtener poder de veto para armonizar las soluciones de los reguladores nacionales.


En materia de espectro, Bruselas plantea que las subastas se celebren al mismo tiempo en toda la UE y con criterios similares. También quiere fomentar la comercialización del espectro y que se revoquen las licencias si el beneficiario no las utiliza.