Terrorismo

La fragmentación de Al Qaeda dificulta protegerse de ella

Organizaciones afiliadas como Al Qaeda en la Península Arábiga la han fortalecido, según admitió el portavoz de la Casa Blanca.

La amplitud de la alerta terrorista que ha llevado a EEUU a cerrar el pasado domingo una veintena de sus embajadas y consulados en el mundo musulmán muestra lo difícil que resulta protegerse de posibles ataques de una Al Qaeda fragmentada y dispersa como la actual, según coinciden los expertos.


El propio portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, admitió este lunes que aunque el "corazón" de Al Qaeda, concentrado tradicionalmente en Pakistán y Afganistán, "ha sido reducido", afiliadas como Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), con sede en Yemen, "se han fortalecido".


La amenaza que ha disparado las alertas está vinculada precisamente a AQAP y fue descubierta gracias a la interceptación por parte de la inteligencia estadounidense de comunicaciones electrónicas entre dirigentes de la red terrorista.


A esa organización atribuyó EEUU el intento frustrado del joven nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab, quien en la Navidad de 2009 intentó hacer estallar en vuelo un avión que cubría la ruta desde Amsterdam a Detroit con explosivos que llevaba ocultos en su ropa interior.


Una de las mayores preocupaciones para EEUU es un ciudadano saudí militante de AQAP llamado Ibrahim al-Asiri, experto en explosivos y cerebro de la experimentación para diseñar nuevas bombas.


En 2012 Estados Unidos realizó más de 40 ataques con misiles y aviones no tripulados, conocidos como drones, contra supuestos objetivos de AQAP en Yemen, entre ellos Al Asiri, y este año ya van en torno a una docena.


La semana pasada el presidente de Yemen, Abdo Rabu Mansur Hadi, visitó en la Casa Blanca a su colega estadounidense, Barack Obama, y ambos acordaron fortalecer la cooperación bilateral antiterrorista, y en particular contra AQAP.


"El problema que afrontamos este lunes es que probablemente hay más células de Al Qaeda y sus afiliadas en todo el mundo árabe que nunca antes debido al caos que siguió a la Primavera Árabe", explicó Bruce Riedel, analista del Instituto Brookings, al diario The Wall Street Journal.


Seth Jones, experto en terrorismo de Rand Corporation, indicó por su parte a The New York Times que en la actualidad EEUU "tiene que hacer frente a una serie de grupos terroristas en varios continentes que generalmente no se coordinan entre sí".


En la misma línea, el exsecretario de Seguridad Nacional Michael Chertoff, que sirvió a las órdenes del presidente George W. Bush (2000-2008), dijo a la cadena ABC que una Al Qaeda "dispersa" como la actual es "más peligrosa" porque tiene "un campo de batalla más amplio", desde África occidental al sur de Asia.


Según sostuvo Riedel en un reciente artículo, en los últimos años Obama "ha logrado avances considerables" en el desmantelamiento del núcleo dirigente de Al Qaeda en Pakistán con la muerte de su máximo líder, Osama Bin Laden, y de muchos de sus principales lugartenientes.


Pero Al Qaeda en Pakistán "está incrustada en una profunda red de grupos de apoyo", incluidos los talibanes, y la prevista retirada de las tropas de la OTAN del vecino Afganistán, a finales de 2014, puede dar a la organización una oportunidad de "regeneración", advirtió Riedel.


Mientras, Al Qaeda ya se ha regenerado en Iraq, con ataques terroristas que mataron solo en julio a más de 500 personas, ha extendido sus tentáculos hacia Siria y ha comenzado a tener influencia en el Líbano.


En mayo pasado, Obama convocó a "terminar la tarea de derrotar a Al Qaeda y sus fuerzas asociadas", en un discurso sobre sus políticas para la lucha antiterrorista.


Al Qaeda y sus afiliados "intentan hacerse un hueco en algunos de los lugares más apartados e implacables de la Tierra", alertó entonces.


Según dijo Obama, pese a que Osama Bin Laden "está muerto", Estados Unidos "sigue estando amenazado por terroristas".


"Las amenazas a las instalaciones diplomáticas y las empresas en el extranjero. Extremistas de cosecha propia. Ese es el futuro del terrorismo", apuntó Obama al recordar el ataque contra el consulado estadounidense en la ciudad libia de Bengasi del 11 de septiembre de 2012, en el que murieron el embajador de EE.UU. en Libia, Chris Stevens, y otras tres personas.