Estados Unidos

James Comey, nuevo director del FBI

Comey, de 52 años, experimentado fiscal y republicano, tiene, además, el reto de sustituir a Robert Mueller, quien lleva 12 años al frente de la Oficina Federal de Investigaciones.

James Comey
James Comey
AFP

El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha nombrado este viernes a James Comey, subsecretario de Justicia durante el Gobierno de George W. Bush, director del FBI en un momento delicado para esta agencia por la filtración de los programas secretos de espionaje y las críticas recibidas tras los atentados de Boston.


Durante el acto de designación en la Casa Blanca, Obama destacó especialmente la "profunda integridad" de Comey, padre de cinco hijos, y su "enorme independencia".


El mandatario sostuvo que Comey está "excepcionalmente cualificado" para dirigir el FBI ante desafíos entre los que citó la lucha contra el crimen organizado, la protección de los derechos civiles, la explotación infantil, el terrorismo y la ciberseguridad.


Comey "entiende que en tiempos de crisis no somos juzgados solo por el número de complots que desmantelamos o por cuántos delincuentes llevamos ante la justicia, sino también por nuestro compromiso con la Constitución que hemos jurado defender y los valores y libertades civiles que hemos prometido proteger", dijo Obama.


Por ello, el presidente afirmó que el nuevo jefe del FBI "será un líder que entiende cómo mantener seguro a Estados Unidos y permanece fiel a nuestros ideales fundadores".


En 2004 Comey ocupó de forma interina el departamento de Justicia durante la hospitalización del entonces titular, John Ashcroft, y se opuso a algunos aspectos del programa de vigilancia y escuchas de las comunicaciones de ciudadanos ordenado por Bush tras los atentados terroristas del 11S, que causaron unos 3.000 muertos en varias ciudades de EE.UU.


Su nombramiento se produce en medio de la polémica por los programas secretos de vigilancia del Gobierno estadounidense para recopilar registros telefónicos y datos de internet de millones de usuarios, y cuya efectividad y constitucionalidad ha defendido esta misma semana ante el Congreso el actual director del FBI.


Mueller también admitió ante el Congreso que el FBI usa aviones no tripulados, conocidos como drones, para tareas de vigilancia en territorio estadounidense, pero matizó que su utilización se da "muy raras veces".


Tras los atentados de abril pasado en Boston, en los que murieron tres personas y más de 280 resultaron heridas, el FBI fue, además, cuestionado por haber archivado en 2011 una investigación abierta a petición de Rusia sobre uno de los presuntos autores de esos ataques, Tamerlan Tsarnaev, de origen chechén.