Turquía

El líder del grupo armado PKK pide dejar las armas

Abdullah Öcalan pidió a sus seguidores del Partido de los Trabajadores del Kurdistán que opten por los cauces democráticos.

El líder del PKK, Abdullah Öcalan
El líder del grupo armado PKK pide dejar las armas
AFP

El encarcelado líder del grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, pidió a sus seguidores que abandonen las armas y opten por los cauces democráticos.


En su mensaje, leído ante cientos de miles de personas en Diyarbakir, la capital oficiosa del kurdistán turco, por dos diputados del prokurdo Partido de la Paz y la Democracia (BDP), Öcalan afirmó: "Dejad las armas y marchaos fuera de las fronteras (de Turquía)"


"Hoy es el inicio de un nuevo tiempo. Un tiempo en el que comienzan los derechos democráticos, la libertad y la igualdad. Las armas deben de callar", subrayó Öcalan en su mensaje.


"El derramamiento de sangre turca y kurda se detendrá. No serán las armas sino la política la que hable", recalcó.


"Este no es un tiempo de guerra y lucha, sino de alianzas y compromisos", afirmó.


Öcalan, de 63 años, fundador y líder indiscutible del PKK, ha sondeado en las últimas semanas con los servicios secretos turcos las condiciones para un proceso de paz con el Estado turco.


El primer ministro turco, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, dio garantías semanas atrás de que el Ejército no atacaría a los milicianos durante un posible repliegue al norte de Iraq, donde el PKK tiene su retaguardia.


El anunció de Öcalan se produce después de que el año 2012 fuera el más sangriento desde principios de siglo, con 140 soldados y policías, así como más de 500 guerrilleros muertos en enfrentamientos en el sureste de Turquía.


Los contactos entre Öcalan y los servicios de inteligencia turcos fueron confirmados hace semanas y ambas partes han señalado que se han producido "avances positivos".


En septiembre de 2011, unas negociaciones secretas entre el hoy jefe de los servicios secretos turcos, Hakan Fidan, y delegados del PKK en Oslo fueron filtradas al público y suspendidas.


Tras estos fiascos, Erdogan adoptó un discurso duro, incluso insinuando que Öcalan debería haber sido ejecutado, aunque a la vez introdujo reformas históricas como la enseñanza optativa del kurdo en algunos colegios públicos y el uso de "lenguas maternas", incluyendo el kurdo, en los Tribunales.


El PKK se levantó en armas en 1984 para reclamar los derechos de los más de 12 millones de kurdos que habitan en Turquía y, desde entonces, unas 45.000 personas han muerto en los enfrentamientos entre los milicianos kurdos y las fuerzas de seguridad turcas.