Para frenar el avance salafista

Francia refuerza con 1.800 soldados su despliegue en Malí

El ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, ha afirmado que el Gobierno prevé ampliar el contingente hasta los 2.500 efectivos.

El ministro de Exteriores, Lorient Fabius ha asegurado: "Sin Francia no habría Mali"
Francia refuerza con 1.800 soldados su despliegue en Mali
AFP/KENZO TRIBOUILLARD

Francia anunció este viernes que ha reforzado su dispositivo militar en Malí, donde ya tiene desplegados 1.800 soldados y prevé elevar ese contingente hasta 2.500, lo que denota el empeño de París por frenar el avance salafista desde el norte maliense y por afianzar la seguridad en esa zona.


El ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, informó este viernes de que con el despliegue de 1.800 soldados prosigue "la progresión de nuestra implantación sobre el terreno".


Esencialmente, las tropas francesas, que actúan junto con el Ejército regular de Malí, están integradas por fuerzas de infantería, algunas de ellas procedentes del Chad; un escuadrón blindado procedente de Costa de Marfil, y efectivos de las unidades de operaciones especiales, fundamentales en la lucha antiguerrillera y en el combate y sabotaje tras las líneas enemigas.


Estas fuerzas cuentan con el apoyo de helicópteros y aviones de combate, entre otros los cazabombarderos "Rafale", que desde el comienzo de la llamada "operación Cerval", han bombardeado sistemáticamente los núcleos operativos de los salafistas.


El ministro justificó la magnitud de la operación dado el peligro que representa el avance que tres grupos salafistas -Ansar al Din, Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y Monoteísmo y Yihad en África Occidental (MYAO)- emprendieron a finales de la semana pasada desde el norte de Mali, región de la que se apoderaron el pasado junio, tras desplazar de allí a los rebeldes separatistas tuareg.


Drian hizo hincapié en que la operación se lleva a cabo de acuerdo con la legalidad internacional y está apoyada por los principales socios de Francia.


La operación experimentó algunos avances sobre el terreno, en particular con la toma por las tropas de Mali de la ciudad de Kona, a unos 700 kilómetros al noreste de Bamako, que estaba en manos de los salafistas desde el día 10, lo que había precipitado la intervención francesa la semana pasada.


Sin embargo, el ministerio francés de Defensa se mostró más cauto sobre la posible toma de Diabali (a 400 kilómetros al norte de Bamako), pese a las informaciones en Mali de que las fuerzas malienses y francesas habían recuperado su control.


El portavoz del Estado Mayor del Ejército francés, el coronel Thierry Burkhard, indicó que disponían de informaciones de que "los grupos terroristas (estaban) imbricados con la población" de Diabali porque saben que así no serán bombardeados desde el aire por los franceses y que hasta esta tarde no tenía constancia de ninguna acción allí.


En el terreno estrictamente político, las autoridades francesas se esforzaron por insistir en la justificación para llevar a cabo esta intervención en África, y en el apoyo internacional que reciben, aunque de momento sea poco visible en el escenario del conflicto.


El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, aludió a la toma de rehenes tras el asalto por un banda salafista escindida de AQMI de una planta gasística en el sureste de Argelia, lo que a su juicio "confirma la gravedad de la amenaza terrorista" en la zona del Sahel y "justifica aún más la decisión de Francia de ayudar a Mali, porque son los mismos grupos terroristas".


Ayrault recordó los objetivos que persigue Francia en Mali: "detener el avance de los terroristas hacia Bamako, un objetivo que se ha alcanzado"; "garantizar la existencia del Estado maliense" y "favorecer la aplicación de las resoluciones internacionales" con el despliegue de una fuerza multinacional africana.


Puso el acento en que "esta operación (...) responde al llamamiento de las autoridades malienses y se enmarca en las Naciones Unidas", además de que cuenta con "el soporte activo de la comunidad internacional y de nuestros socios europeos.


En esa línea de poner de relieve la dimensión internacional, el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, consideró "posible" que el apoyo logístico que varios países europeos están prestando a Francia se amplíe e incluya el envío de tropas de combate por alguno de ellos.


Fabius, que participó en una reunión en Bruselas con sus homólogos de Exteriores de la Unión Europea (UE) sobre la crisis del país africano, recordó que, independientemente de que algún otro Estado miembro decida enviar soldados a Mali, un buen número de ellos ya están cooperando con París y todos le respaldan políticamente.


"El conjunto de países europeos ha expresado su solidaridad con Mali y con la acción de Francia", subrayó el ministro, al tiempo que hizo hincapié en que los franceses no están solos, sino que son los "precursores" y que "sin la acción de Francia, ya no habría Mali".