Secuestro en Argelia

Al menos 12 trabajadores y 18 terroristas muertos tras el asalto a la planta de gas

El gobierno argelino dice que el rescate, que tomó por sorpresa a algunos líderes occidentales, era necesario para evitar "una verdadera catástrofe y una masacre".

 El Ejército argelino continúa la operación que comenzó este jueves para intentar rescatar a los rehenes que todavía continúan en manos de un grupo de terroristas en las instalaciones de gas de In Amenas, en el sureste del país, en la que al menos han muerto doce rehenes argelinos y extranjeros y dieciocho terroristas.


El ministro de Comunicación de Argelia, Mohamed Said, explicó este viernes a la televisión estatal que la intervención inmediata de las fuerzas especiales del Ejército, que tomó por sorpresa a algunos líderes occidentales, fue necesaria para evitar "una verdadera catástrofe y una masacre".


El ministro subrayó que los terroristas cuentan con explosivos, misiles y lanzacohetes y están determinados a cumplir las órdenes que recibieron, llevar a los rehenes a Mali.


Según los datos oficiales, 573 argelinos han sido rescatados, así como un centenar de ciudadanos extranjeros, por lo que una treintena de trabajadores extranjeros continúan aún en el vasto complejo gasístico, algunos de ellos escondidos y otros en manos de los captores.


El grupo salafí que el miércoles asaltó la planta de gas, denominado "Los que firman con sangre", declaró este viernes a través de la agencia privada mauritana ANI que todavía mantiene a siete occidentales en su poder.


Los asaltantes insistieron en que en un bombardeo lanzado este jueves por el Ejército argelino durante la operación de rescate, 35 rehenes y 16 islamistas perdieron la vida. Unas cifras que difieren del balance dado hasta el momento por las autoridades argelinas.


Los secuestradores ofrecieron este viernes liberar a los rehenes estadounidenses a cambio de dos dirigentes islamistas encarcelados en Estados Unidos.


No obstante, Estados Unidos rechazó cualquier tipo de negociación con el grupo salafista, y la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, subrayó que "Estados Unidos no negocia con terroristas".


Los terroristas responden a las órdenes del argelino Mojtar Belmojtar un veterano líder cercano a Al Qaeda, que dijo que el ataque era en represalia por la decisión de Argelia de abrir sus espacio aéreo a los aviones franceses que se unieron a la lucha del Ejército maliense contra los grupos salafíes que controlan el norte de Mali desde el pasado junio.


Mientras la operación continúa, Mohamed Said ha dicho que "la situación está bajo control" y que se han tomado todas las medidas para evitar las posibles consecuencias de una eventual explosión en la planta, donde se procesa el 10 por ciento del total del gas del país.


En este sentido el ministro quiso lanzar un mensaje tranquilizador al agregar que también se habían dado pasos para compensar la producción de gas y mantenerla en sus niveles habituales.


La Agencia Internacional de la Energía (AIE) dijo este viernes que la crisis de los rehenes en la planta gasística del sur de Argelia tendrá consecuencias negativas sobre el sector energético de ese país.


"El secuestro y asesinato de trabajadores extranjeros del sector energético en In Amenas el 16 de enero arroja una oscura nube sobre la previsión del sector energético del país", indicó la AIE en el apartado dedicado a Argelia en su informe mensual sobre el mercado del petróleo.


Fuentes oficiales han declarado a la agencia argelina APS que están intentando alcanzar una solución pacífica con los asaltantes, que todavía se encuentran en la zona de producción del vasto complejo gasístico situado en medio del desierto.


La televisión estatal argelina mostró este viernes las primeras imágenes de rehenes argelinos y extranjeros liberados por las fuerzas especiales del Ejército, que relataron brevemente la angustia que sufrieron durante el secuestro y agradecieron la actuación del Ejército.


También transmitió imágenes de heridos en el hospital de In Amenas, ciudad situada a unos 40 kilómetros de las instalaciones de la planta asaltada, pero no dio cifras ni de muertos, ni de heridos.