Egipto

Mursi llama al diálogo para abrir una nueva etapa

El presidente egipcio resta importancia a las discrepancias en torno a la Carta Magna y asegura que es algo "normal en un país que se está dirigiendo hacia la democracia".

Mohamed Mursi firmando un decreto para aprobar la nueva Constitución.
Mursi llama al diálogo para abrir nueva etapa tras aprobación de Constitución
EFE

El presidente egipcio, Mohamed Mursi, instó este miércoles al diálogo de las distintas fuerzas políticas para acabar con la división en el país y anunció una próxima remodelación del Gobierno, tras la aprobación de la controvertida Constitución.


En un discurso televisado, Mursi defendió la transparencia del referéndum constitucional y aseguró que la votación contó con una supervisión judicial completa, pese a las denuncias de la oposición y algunas ONG de que hubo fraude.


El jefe de Estado destacó que ahora se abre en Egipto "una fase de estabilidad y desarrollo", y que para afrontar los desafíos de esta etapa se efectuarán reformas ministeriales.


"Hemos vivido días y semanas de preocupación y espera, durante los que he tratado que la patria llegue a buen puerto y se acabe la etapa transitoria de casi dos años, en la que la economía ha sufrido y ha habido disputas políticas", dijo Mursi.


En este sentido, calificó de "sanas" las discrepancias en torno a la Constitución y apuntó que es algo "normal en un país que se está dirigiendo hacia la democracia".


Sobre la Carta Magna, aprobada con un 63,8% de los votos, afirmó que limita los poderes del jefe Estado: "Hace del presidente un servidor del pueblo y no un gobernante tirano", añadió.


"No quiero el poder ni me interesa controlarlo todo", apostilló, en alusión a los que critican que el presidente y los Hermanos Musulmanes buscan dominar todos los resortes del poder.


Para tratar de cerrar la brecha entre las distintas fuerzas políticas, el presidente volvió a instar a un diálogo, que por el momento los grupos no islamistas han boicoteado.


Antes del discurso, el portavoz del opositor Frente de Salvación Nacional (FNS), Jaled Daud, dijo que la Constitución -firmada este martes por Mursi- es "inválida porque no representa la opinión del pueblo".


El FNS, que aglutina a la mayor parte de la oposición no islamista y que solicitó el "no" en la votación, pretende continuar el proceso legal para denunciar las violaciones ocurridas en el plebiscito, según Daud.


Además, esta coalición está llevando a cabo consultas para unirse en una sola lista de cara a las elecciones parlamentarias, que de acuerdo a la Carta Magna deberán celebrarse en los próximos dos meses.


"A pesar de todo lo que ha pasado tenemos la moral alta y confiamos en que podremos conseguir una buena parte del próximo Parlamento", subrayó el portavoz.


La Cámara baja del Parlamento fue disuelta a mediados de junio pasado por la Junta Militar, que gobernó el país desde el derrocamiento del expresidente Hosni Mubarak hasta la elección de Mursi.


La disolución se produjo tras un fallo del Tribunal Constitucional que consideró que los partidos no respetaron la ley electoral al presentar candidatos a listas reservadas a independientes.


Desde su disolución, fue la Junta Militar, primero, y Mursi, después, quienes ejercieron el poder legislativo, que desde este miércoles ostenta el Consejo de la Shura (Cámara alta del Parlamento), por primera vez en su historia.


La Shura abrió este miércoles sus sesiones con el juramento del cargo de los noventa diputados nombrados por Mursi, que se suman a los 180 elegidos en las pasadas elecciones legislativas.


Este órgano ha asumido los poderes de la Cámara baja, en virtud del artículo 131 de la nueva Constitución, que estipula que tiene que hacerse cargo de las responsabilidades de la segunda si esta está disuelta.


Pese a que Mursi ha insistido en que ahora comienza la construcción de Egipto y un periodo de estabilidad, el economista del partido nacionalista Wafd, Yaser Hasan, dijo que tras la aprobación de la Constitución de esta manera "obligatoria", no va a haber ni estabilidad política ni económica.


"No preveo avances positivos en la economía a corto plazo a menos que los liberales logren la mayoría en el Parlamento en las próximas elecciones", señaló.


En su opinión, debido a la inestabilidad política, las reformas económicas han sido obstaculizadas y la falta de un plan del Gobierno está llevando al país al derrumbe.


Y en medio de la tensión política general, un total de 150 dirigentes del ala menos conservadora del partido salafista Al Nur, la segunda formación política de Egipto, han dimitido de este grupo y planean formar otro.


Mientras, los jueces mantienen su pulso con la Presidencia y volvieron a insistir hoy en la necesidad de que el fiscal general, Talaat Ibrahim, dimita del cargo tras su polémica designación por Mursi.