Aniversario de la muerte de Kim Jong-il

Corea del Norte, un año sin su 'querido líder'

Este lunes el país rendirá homenaje a su 'querido líder' en el Palacio Memorial de Kumsusan, fallecido el 17 de diciembre de 2011.

Kim Jong Il
Muere Kim Jong Il, el 'querido líder' de Corea del Norte
AFP

Corea del Norte se prepara para el aniversario, este lunes, de la muerte de Kim Jong-il, líder del país durante 17 años reemplazado por su hijo menor, Kim Jong-un, que ha dado continuidad a las políticas de prioridad militar del fallecido dictador.


Este domingo, el día antes del aniversario, el Estadio de Pyongyang acogió una gran ceremonia a la que asistió el propio Kim Jong-un y los principales oficiales del régimen, en la que según la agencia surcoreana Yonhap se alabaron los "logros" de Kim Jong-il. 


En la opaca Corea del Norte, donde toda información está imbuida de un halo de secretismo, poco se sabe sobre los actos que tendrán lugar este lunes, aunque posiblemente el país rendirá homenaje a su 'querido líder' en el Palacio Memorial de Kumsusan.


Según fuentes del Gobierno de la vecina Corea del Sur, en las pasadas semanas las posesiones del fallecido Kim fueron trasladadas a Kumsusan, templo que tras su muerte acogió un largo y solemne velatorio el año pasado, y donde yace el cuerpo embalsamado de su padre y fundador del régimen, Kim Il-sung.


Frío estadista alejado de las intervenciones públicas y presumido amante de la gastronomía, el cine, el coñac y las mujeres, Kim Jong-il falleció el 17 de diciembre de 2011 de un infarto cuando regresaba en tren a Pyongyang de una de sus habituales inspecciones a lo largo del país, según la versión oficial del régimen.


Su muerte generó escenas de dolor e histeria colectivos en toda Corea del Norte, nación caracterizada por el extremo culto a la personalidad de sus dirigentes bajo la doctrina del pensamiento único, y situó los focos sobre su hijo menor y sucesor, Kim Jong-un.


Este joven, cuya fecha de nacimiento se estima en 1983 o 1984, heredó un sistema anclado en el comunismo más ortodoxo de la Guerra Fría y económicamente estancado bajo los pilares del Partido de los Trabajadores y el Ejército Popular, marcados por una fuerte gerontocracia en sus élites.


Dar continuidad a la política 'Songun' -consistente en priorizar el sector militar- aplicada por su padre allanó el camino a Kim Jong-un para asentarse en el poder mucho más fácilmente de lo previsto por la mayoría de expertos.


Así, el tercero de la dinastía de los Kim acaparó en solo ocho meses los títulos de comandante supremo del Ejército, secretario general del partido único, presidente de la poderosa Comisión Nacional de Defensa y, finalmente, mariscal de las Fuerzas Armadas.


El satélite norcoreano

Sin embargo, fue a escasos días del aniversario de la muerte de su padre cuando el joven Kim, ya consolidado en el poder, se apuntó su primera gran hazaña en esta nueva era: convertir a Corea del Norte en el undécimo país capaz de enviar al espacio un satélite con un cohete propio.


Pyongyang puso el pasado miércoles en órbita el satélite Kwangmyongsong-3 (Estrella brillante-3) con su cohete de largo alcance Unha-3, un hito que su próspero y tecnológico vecino Corea del Sur todavía no ha logrado.


La consolidación interna del 'líder supremo' Kim Jong-un ha tenido como precio para Corea del Norte el aún mayor deterioro de sus relaciones exteriores, después de que un primer lanzamiento fallido de su cohete de largo alcance en abril llevara a la ONU a endurecer las sanciones que ya imponía al país.


Además, desde la muerte de Kim Jong-il la tensión entre Norte y Sur, permanente desde 2010, se ha agravado y roces aparentemente mínimos han generado acusaciones y amenazas cruzadas, aunque estas no se han llegado a transformar en agresiones.


En el plano económico, Kim Jong-il, que en su mandato nunca logró sacar al país de la crisis desde las graves hambrunas que entre 1995 y 1999 dejaron entre uno y dos millones de muertos, legó a Kim Jong-un la responsabilidad de cumplir su reiterada promesa de alcanzar la prosperidad en 2012.


Kim Jong-un ha fracasado de momento en la consecución de este casi utópico objetivo a juzgar por los informes de Unicef, que asegura que uno de cada tres niños sufre malnutrición en Corea del Norte, mientras el país continúa recibiendo ayuda extranjera ante la imposibilidad de alimentar a su población.


Por otro lado, tanto la ONU como Amnistía Internacional y otras organizaciones mantienen que el régimen sigue practicando torturas, ejecuciones arbitrarias y encarcelamientos políticos, entre otros, lo que indica que el nuevo líder tampoco ha mejorado la nefasta situación de los derechos humanos en el país.