Elecciones en la derecha francesa

Copé y Fillon se ven ganadores antes del recuento final

Los equipos de ambos candidatos se lanzaron denuncias recíprocas de irregularidades y fraude en el voto de los cerca de 300.000 electores potenciales.

Fillon durante la rueda de prensa que anunciaba su victoria
Fillon durante la rueda de prensa que anunciaba su victoria
EFE

Jean-François Copé se proclamó vencedor sorpresa de la votación entre los afiliados del gran partido de la derecha francesa, la UMP, mientras su rival el exprimer ministro François Fillon, dijo que es él quien va por delante en el escrutinio, en espera de que se proclamen los resultados oficiales. 


En una larga noche de enorme confusión y denuncias de fraude por las dos partes, Copé fue el primero en irrumpir públicamente desde la sede parisina de la Unión por una Mayoría Popular (UMP) de la que ha sido secretario general en los últimos tiempos, para atribuirse la victoria por un millar de votos.


Una decena de minutos después, Fillon le replicó también ante las cámaras asegurando que los resultados de que disponía de todo el país le daban "una corta victoria de 224 votos", pero que no le correspondía a él decir quién había ganado, sino la Comisión de Control de las Operaciones de Voto.


"No dejaré que se robe la victoria a los militantes" porque "lo que está en juego es el honor de nuestra familia política" y "la credibilidad de la derecha", argumentó el que fuera el primer ministro durante todo el mandato del expresidente francés Nicolas Sarkozy (2007-2012), al que se tenía que sustituir con estas primarias internas.


Fillon añadió que "lo que está en juego es la capacidad de la derecha" para presentar una "oposición creíble" al actual Gobierno de izquierdas del jefe del Estado, el socialista François Hollande que derrotó en mayor a Sarkozy.


Copé, por su parte, había querido dedicar sus primeras palabras "al conjunto de los militantes de la UMP", en particular "a los que han querido (darle) su apoyo".


También se dirigió a Fillon, a través de los medios de comunicación, para decirle que quería "desde ahora trabajar de la mano con él y con los que no me han apoyado" y manifestar su deseo de que su familia política permanezca unida.


"El gran reto para Francia, que es el de la crisis tan difícil que atraviesa, exige de nuestra familia política la unidad", concluyó.


En las horas precedentes a estas declaraciones contradictorias, los equipos de Fillon -que había aparecido como favorito de los sondeos- y de Copé se lanzaron denuncias recíprocas de irregularidades y fraude en el voto de los cerca de 300.000 que figuraban como electores potenciales.


El objetivo de estas primarias internas de la UMP, que se habían vendido como un gran ejercicio de democracia sin precedentes en el gran partido de la derecha francesa, era en primer lugar sustituir a un Sarkozy al que el grueso de los simpatizantes conservadores continúa echando de menos seis meses después de su derrota en las presidenciales francesas frente a Hollande.


Pero más allá, se trataba de designar al encargado de ejercer de jefe de la oposición y de ofrecer una alternativa creíble al Gobierno de izquierdas Hollande con vistas a las próximas citas electorales, con el horizonte en especial de las elecciones de 2017.