Conflicto palestino

Israel se prepara para una invasión terrestre

Israel aprueba la movilización de 75.000 reservistas en el marco de la ofensiva 'Pilar Defensivo'. Se trataría del mayor despliegue en décadas.

El Gobierno israelí aprobó la movilización de 75.000 reservistas para la operación Pilar Defensivo, en un indicio más de su intención de lanzar una invasión terrestre en la franja de Gaza.


La autorización tuvo lugar durante la reunión que celebraron en Tel Aviv los nueve ministros más importantes del Gobierno, en consulta telefónica con todos los miembros del Consejo de Ministros, informaron los canales de televisión israelíes.


El Gobierno no emitirá un comunicado con la decisión y los reporteros y comentaristas de las televisiones locales informaron de que se ven impedidos de dar "toda la información" en su poder por motivos de censura militar.


La aprobación sigue a una petición del ministro de Defensa, Ehud Barak, para "ampliar la cuota de reservistas más allá de lo aprobado ayer", cuando eran 30.000.


Los 75.000 son la mayor cifra de reservistas movilizados en el país en décadas, muy por encima de los incorporadas a la guerra con Hizbulá en 2006 y a la ofensiva Plomo Fundido en Gaza, dos años después.


El canal 10 de la televisión israelí informó de que hasta ahora han sido movilizados en la práctica alrededor de 20.000 pero que se espera la llegada de miles de tropas entre esta noche y mañana.


Una soldado con la que habló dijo que "bases enteras han quedado vacías" para desplazar fuerzas a la frontera.


A pesar de la autorización, el comentarista militar del canal 10 de la televisión israelí, Alon Ben David, insistía esta noche en que "no ve una situación con 70.000 soldados israelíes dentro de Gaza", cifra que a su juicio sería sólo necesaria para derrocar al gobierno del movimiento islamista Hamás, en el poder en la franja desde 2007.


Por el momento, advirtió, "ése no es uno de los objetivos definidos para la operación".


El posible cambio de posturas en el Gobierno israelí se debe a los últimos ataques de las milicias palestinas contra grandes urbes en el corazón de Israel, entre ellas Tel Aviv y Jerusalén.


Ninguna de las dos sufrió el impacto de cohetes -cayeron bien en el mar o a unos kilómetros- pero altos mandos y el Gobierno consideran inadmisible que en la franja queden cohetes de largo alcance, que Israel ve como "una amenaza estratégica".


Mientras esperaba la decisión del Gobierno, el Ejército informó de que toda la región alrededor de Gaza ha sido declarada "zona militar" y las carreteras están cortadas, otro indicio de una inminente invasión "o quizás de un farol" para convencer a Hamás de que cese en sus ataques, a decir de los comentaristas.