Elecciones estadounidenses

Obama y Romney apuran los últimos días de campaña con la economía como protagonista

El actual presidente quiere combinar recortes de gasto y aumentos de impuestos a los más ricos, mientras que Romney rechaza subir las contribuciones.

El presidente de Estados Unidos, Barack Husein Obama (Honolulu, Hawai, 1961) se presenta a la reelección con un programa electoral de marcado cariz económico, motivado por el impacto de la mayor crisis económica de la historia del país y estructurado en torno a cuatro puntos básicos: mejorar la educación, desarrollar la producción energética y manufacturera, aumentar los impuestos a los más ricos para reducir el déficit, y dar el carpetazo definitivo al derroche económico de la guerra en Afganistán.


Ninguna de estas propuestas difiere en gran medida de las que adoptó hace cuatro años en su carrera a la Casa Blanca, muchas de las cuales ha conseguido impulsar durante los últimos cuatro años, mientras otras permanecen atrapadas en el debate político del Congreso.


La retirada de las tropas de Afganistán, que se completará en 2014, pone fin a una de las dos principales cargas económicas que el país arrastra desde el mandato del precedesor de Obama, el ex presidente George W. Bush. Las dos guerras de Irak y Afganistán y la política de recortes de impuestos que ordenó van a comportar, según un estudio del Centro de Prioridades y Políticas presupuestarias, casi la mitad de la deuda proyectada de 18 billones de dólares que soportará Estados Unidos en 2019.


La economía ha monopolizado el debate de campaña y es el pilar básico de la ofensiva final del presidente en los estados indecisos. Su llamado "Nuevo Patriotismo Económico", dirigido a "garantizar la seguridad económica de la clase media", promete la creación de un millón de trabajos en manufactura para 2016 y recalca los 31 meses consecutivos de crecimiento laboral en el sector privado.


"Creo que la prosperidad de América se ha construido sobre la fuerza de nuestra clase media. Si todo va bien solo para los pocos que se encuentran en la cima, mientras todo el mundo lucha para ir tirando, jamás tendremos éxito", explicó Obama en un artículo de opinión para la cadena CNN. "Nos irá mejor cuando todo el mundo tenga una oportunidad justa, cuando todo el mundo aporte la parte que le corresponde, y cuando todos juguemos con las mismas reglas", subrayó.


Obama quiere combinar recortes de gasto y aumentos de impuestos a las familias de clase más acomodada. Intentará hacerlo sin reducir el tamaño de la administración pública o alterar las garantías en los programas de cobertura de seguridad social que comportan el 40 por ciento del gasto federal.


El presidente también ha prometido la creación de decenas de miles de nuevos puestos de trabajo en la industria de las energías renovables, un propósito estrechamente vinculado con su intención de reducir drásticamente la dependencia de Estados Unidos del petróleo exterior en un 50 por ciento para 2020. Obama concibe un país en el que las energías limpias aportarán el 80 por ciento del consumo eléctrico para 2035.


En esta política de creación de puestos de trabajo, el presidente ha reiterado su compromiso de poner fin a las deducciones de impuestos de las que actualmente gozan las compañías que potencian el trabajo en el extranjero, mientras "defiende a los trabajadores estadounidenses en el mercado global". Claro ejemplo de ello son las numerosas demandas presentadas contra las "injustas" prácticas comerciales de China, el "adversario económico" de Estados Unidos, según describió Obama en el tercer y último debate televisado.


"Vamos a contratar a 100.000 profesores de matemáticas y otras ciencias para que los trabajos especializados mejor pagados no acaben en China, y vamos a entrenar a dos millones de trabajadores en escuelas de formación profesional para satisfacer las necesidades de los negocios locales", aseguró el presidente.


Por otro lado, Obama emplearía los siguientes cuatro años en desbloquear las medidas paralizadas en el Congreso estadounidense, donde los republicanos dominan la Cámara de Representantes y los demócratas solo tienen aajustada mayoría en el Senado, insuficiente para sacar adelante con facilidad propuestas unilaterales.


Entre las iniciativas bloqueadas se encuentra, por ejemplo, una propuesta para estimular el regreso de los profesionales estadounidenses en el extranjero y que ofrece a las empresas nacionales una deducción del 20 por ciento sobre los costes que comportaría el retorno de los trabajadores destinados fuera de sus fronteras.


La estrategia de Obama comporta un gran número de objetivos a largo plazo que deben consolidarse a través de un segundo mandato. Su plan de estímulo, concebido como respuesta a la crisis económica más grave de la historia del país, ha reducido en dos puntos el porcentaje de desempleo, que ahora se sitúa en torno al 7,9%, respecto del récord del 9,8% registrado en diciembre de 2010.


Romney llega con opciones a la votación final


El candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Willard Mitt Romney (Detroit, Michigan, 1947) llegará a las elecciones del próximo martes en situación de empate técnico con el presidente, Barack Obama, en lo que al voto popular se refiere y cuenta con posibilidades de volcar a su favor un importante número de estados indecisos.


Romney llega con opciones a pesar de su inconsistente política y de duros golpes recibidos durante la campaña electoral, comenzando por la divulgación de un vídeo en el que tachó de "victimista" al electorado demócrata, al que dio virtualmente por perdido. Sin embargo, el candidato ha aprovechado al máximo sus triunfos en campaña, en particular por su notable intervención en el primer debate televisado frente a Barack Obama, que ha dinamizado al electorado republicano.


Sus oponentes le acusan de no tener una posición definida pero desde el principio de su campaña, Romney se ha guiado por una idea fundamental: los esfuerzos realizados por Barack Obama han sido insuficientes y es necesario un cambio de rumbo que no requiera una subida de impuestos, como propone su oponente.


Los ajustes que propone Romney están relacionados con la disminución del tamaño del Gobierno, comenzando por la eliminación del "laberínticos" sistemas federales como el de formación profesional.


Romney aprovecha para presentarse como un candidato de consenso entre ambos partidos, recordando su etapa como gobernador de Masachussetts, un estado eminentemente demócrata. "Siempre he estado dispuesto a entenderme con el otro bando y estoy orgulloso de los resultados", declaró en un artículo de opinión en la cadena CNN. Romney no menciona en el artículo los 800 vetos que impuso contra propuestas demócratas durante su mandato al frente del estado.