Elecciones en Holanda

Los holandeses votan en playas, estaciones y aeropuertos

Las autoridades holandesas buscan recuperar la participación electoral perdida en 2010 y han facilitado al máximo el acceso a las mesas.

El líder laborista deposita su voto
Los holandeses votan en playas, estaciones y aeropuertos
EFE

La jornada electoral transcurre con normalidad y sin incidentes en Holanda, donde a primera hora de la tarde había votado el 27% del electorado, un porcentaje ligeramente inferior al de anteriores comicios generales.


El porcentaje de asistencia a las urnas a esa hora estaba dos puntos porcentuales por debajo del registrado en las últimas elecciones, en 2010, cuando la participación final fue la más baja desde 1998 (75,4%).


Las autoridades, que esperan un nuevo pico de votos en las próximas horas, han facilitado al máximo el acceso a las mesas electorales, habilitándolas en estaciones de tren, antiguos almacenes, el aeropuerto internacional de Amsterdam Shiphol y hasta en la playa y en cuarteles de bomberos.


Además, los ciudadanos pueden elegir independientemente de su lugar de residencia dónde depositar el voto, que se hace de forma manual.


Al contrario que en España, los partidos políticos continúan emitiendo sus espacios publicitarios en los medios de comunicación el día de las elecciones, en un intento de atraer hasta el último momento a los votantes, en especial, al cerca del 30% que, según las estimaciones, sigue indeciso.


Los sondeos prevén un ajustado mano a mano entre los liberales de derecha (VVD) del primer ministro Mark Rutte y el laborista Diederik Samsom.


Del resultado puede depender la actual política de ajustes presupuestarios severos para controlar el déficit de la que ha hecho su bandera Rutte.


Si gana Samsom, Holanda dará prioridad a una salida social para atajar la crisis, optando por un modelo centrado en promover el mercado de trabajo y las reformas estructurales, la más polémica de las cuales se refiere a eliminar progresivamente el sistema de ventajas fiscales a las hipotecas.


Gran parte de los ciudadanos holandeses teme que las ayudas a países como Grecia o España repercutan negativamente en su vida cotidiana, encareciendo el sistema sanitario y poniendo en peligro las pensiones.


A pesar de ello, la eurofobia del partido xenófobo de Geert Wilders parece que perderá calado entre los holandeses más críticos con Europa, que se han pasado a la línea euroescéptica más suave de los socialistas radicales (SP) de Emile Roemer.


Holanda acude a las urnas por quinta vez en diez años, después de la inestabilidad derivada de coaliciones con partidos provenientes de los extremos, con poca experiencia política, como la desaparecida Lista Pim Fortuyn, cuyo líder populista fue asesinado en mayo de 2002, o los xenófobos de Geert Wilders.