Convención Nacional Republicana

Ryan acusa a Obama de "falta de liderazgo" y dice que darán un giro radical a la economía

El congresista ha aceptado la nominación republicana como candidato a la vicepresidencia y ha asegurado que su meta es generar 12 millones de empleos en los próximos cuatro años.

Paul Ryan, su esposa y su hija saludan a los delegados republicanos
Paul Ryan, su esposa y su hija saludan a los delegados republicanos
ANDREW GOMBERT/EFE

El congresista Paul Ryan ha aceptado este jueves la nominación republicana como candidato a la vicepresidencia de Estados Unidos y ha asegurado que Mitt Romney y él disponen de un plan para dar un "giro" radical a la economía del país.


"Acepto el llamado de mi generación para dar a nuestros hijos los EE. UU. que heredamos, con oportunidad para los jóvenes y seguridad para los ancianos, y sé que estamos listos", ha comenzado diciendo Ryan, quien ha logrado suscitar el entusiasmo de los delegados -algunos hasta las lágrimas- ante la Convención Nacional Republicana en Tampa (Florida).


En su discurso, Ryan ha criticado la "falta de liderazgo" del presidente Barack Obama, y ha prometido que él y Romney están listos para gobernar y resolverán "los problemas económicos de esta nación".


Ante los millares de delegados que participan en la convención conservadora, el joven congresista por Wisconsin, curtido en las batallas presupuestarias, ha asegurado que el tándem Romney-Ryan fortalecerá a la clase media, si gana las elecciones presidenciales del 6 de noviembre.


"Tenemos un plan para una clase media más fuerte, con la meta de generar 12 millones de nuevos empleos en los próximos cuatro años", ha subrayado Ryan, quien ha criticado el crecimiento disparado de la deuda durante el mandato de Obama.


Después de cuatro años de "dar vueltas", en alusión a las "promesas rotas" y "fracasos económicos" de Obama, EE. UU. necesita "un giro" y el hombre para esa tarea "es el (ex)gobernador Romney", ha dicho Ryan entre aplausos.


El candidato ha dirigido afilados dardos contra los demócratas, que han sido jaleados con entusiasmo en el estadio.


"Se les han acabado las ideas, su momento vino y se fue. El miedo y la división es todo lo que les queda", ha afirmado Ryan, quien ha dedicado la mayor parte de su discurso a atacar a la actual administración.


Según Ryan, Obama "desperdicia" dinero en anuncios negativos, mientras que Romney "no se deja arrastrar por tácticas rastreras" porque es un hombre de "carácter y llana decencia".


Obama heredó una crisis económica y a la gente le agradó su mensaje de "cambio" en 2008 -el estado natal de Ryan, Wisconsin, votó por él- pero "la recuperación que prometió no aparece por ningún lado", ha aseverado.


En ese sentido, ha criticado su plan de estímulo económico de 2009, la reforma sanitaria de 2010 y los recortes por más de 700.000 millones de dólares al programa de asistencia sanitaria para ancianos y jubilados (Medicare).


Pero Ryan no ha mencionado que su propio plan presupuestario, de ser aprobado en el Congreso, recortaría un monto similar al popular programa.


Por ello, la campaña de Obama insiste en que el binomio Romney-Ryan minimiza el "sufrimiento" que causarían los recortes fiscales y la reforma de la red de seguridad social del plan de Ryan, y que los recortes tributarios agravarían la crisis fiscal.


Ryan ha reiterado la promesa republicana de revocar la reforma sanitaria, bautizada despectivamente por los republicanos como 'Obamacare', por considerar que esta impone obligaciones, impuestos, cuotas y multas "que no tienen cabida en un país libre".


La presidencia de Obama no logró corregir la crisis de vivienda, provocó la degradación de la deuda de EE. UU., y "ahora lo que queda es una presidencia a la deriva, sobreviviendo con consignas que ya parecen trilladas", ha dicho Ryan, a manera de resumen.


"No tenemos mucho tiempo. Pero si somos serios e inteligentes, y lideramos, podemos hacerlo", ha subrayado.


Ryan está considerado un ortodoxo del rigor fiscal y del control del gasto, y representa la apuesta de Romney para contentar a los sectores más conservadores del partido y, en particular, al rebelde movimiento del 'Tea Party'.


Entre ambos componentes del binomio republicano no solo hay una patente diferencia de edad -Romney tiene 65 años y Ryan 42-, sino más de una divergencia ideológica, que este jueves quedaron silenciadas.


La encuesta más reciente del diario 'The Washington Post' y la cadena televisiva ABC sugiere que aunque la selección de Ryan no ha alterado la dinámica de la contienda, este ha logrado entusiasmar a la base conservadora.


La intervención de Ryan estuvo precedida por oradores de gran peso, entre ellos la ex secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y el senador republicano y ex candidato presidencial, John McCain, que completaron el mensaje de regeneración económica de los republicanos, con alusiones a la necesidad de recuperar también el liderazgo en la arena internacional.