Sudáfrica

Recuperan 300 casquillos de lugar de tiroteo que mató 34 mineros sudafricanos

Un equipo de 43 policías peinaron anoche la zona donde tuvo lugar la masacre para hacerse con pruebas forenses.

Unos policías inspeccionan los cuerpos sin vida de unos mineros
Recuperan 300 casquillos de lugar de tiroteo que mató 34 mineros sudafricanos
EFE

La Dirección de Investigación Independiente de la Policía de Sudáfrica (IPID, en inglés) ha recuperado al menos 300 casquillos de bala en el lugar donde la Policía tiroteó y mató a 34 mineros que estaban en huelga, según informan medios locales

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El semanario Sunday Tribune añade que investigadores del IPID ya tienen en su poder, además de los 300 casquillos, 45 armas que se utilizaron supuestamente durante la masacre, calificada como el peor episodio de violencia desde el fin del régimen sudafricano racista, a principios de los años 90.


Según este medio, un equipo de 43 policías peinaron anoche la zona donde tuvo lugar la masacre para hacerse con pruebas forenses.


"Hasta el momento hemos encontrado 300 balas y 45 armas de fuego. Están siendo precintadas para más tarde realizar pruebas de balística", dijo al semanario una fuente de la Policía, que pidió permanecer en el anonimato por carecer de permiso para hablar con la prensa.


Por otra parte, las autoridades del país han citado a 180 testigos de los hechos para ser interrogados y averiguar las circunstancias de la matanza, que se produjo el pasado jueves durante una jornada de huelga de los trabajadores de la empresa Lonmin, que explota una mina de platino en Marikana, en el noreste de Sudáfrica.


Un total de 34 mineros, armados con palos y machetes y que llevaban varios días en huelga para protestar por las condiciones de trabajo impuestas por Lonmin, fueron acribillados a tiros el pasado jueves cuando un grupo de trabajadores cargó contra los agentes, que aseguran que actuaron en defensa propia.


Las investigaciones se desarrollan mientras se forma un comité específico para el caso, cuya creación fue anunciada el pasado viernes por el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, poco después de visitar el lugar de la matanza.


Asimismo, la ministra de Recursos Minerales de Sudáfrica, Susan Shabangu, afirmó ayer que se formará una comisión que examinará las leyes laborales de la explotación del platino, formada por miembros de la industria, de sindicatos, representantes del Gobierno y líderes tradicionales.


A pesar de las iniciativas del Gobierno sudafricano para esclarecer lo sucedido, Julius Malema, antiguo líder de las Juventudes del Congreso Nacional Africano (CNA), el partido gubernamental, que cuenta con una gran influencia entre los jóvenes sudafricanos, ha pedido la dimisión del presidente del país.


"Yo no tengo un presidente, Zuma no es un presidente", dijo Malema frente a miles de personas que estaban concentradas en el lugar de la tragedia el pasado viernes.


"(Los policías) No tenían derecho a disparar", subrayó Malema.


Además, el Instituto Sudafricano para las Relaciones Raciales calificó ayer la respuesta de la Policía de "completamente inaceptable".


"Aunque se hubiera provocado a la Policía o aunque se les hubiera disparado durante el incidente, o aunque estuvieran afectados por la muerte de dos de sus colegas en los días anteriores de la huelga, ningún agente disciplinado y bien entrenado debería disparar sobre el público", subrayó el grupo en un comunicado.


Por su parte, la empresa propietaria de la explotación minera, Lonmin, anunció el viernes pasado que correría con los gastos de la educación de los hijos de los mineros víctimas del tiroteo.


"Nos comprometemos a financiar la educación de todos los hijos de los empleados que perdieron la vida", aseguró el Director Ejecutivo de Lonmin, Simon Scott.


"Esta financiación cubrirá los costes de educación desde la escuela primaria hasta la universidad", concretó.