Ayuda alimentaria

La subida del precio de los alimentos podría tener consecuencias "catastróficas"

El aumento del precio del trigo, maíz y soja podría ser catastrófico para los países en desarrollo que dependen de importar estos alimentos.

Intermón Oxfam ha alertado de que el incremento de los precios de alimentos como el trigo, el maíz o la soja podrían tener consecuencias "catastróficas" para los países en desarrollo que dependen de la importación de estos cereales para alimentar a sus respectivas poblaciones.


Así lo constata en un informe, en el que indica que entre las principales causas de la subida de los precios se encuentra la sequía que ha azotado a muchos países, pero principalmente a Estados Unidos, que ha vivido la peor de los últimos sesenta años.


Para la organización, otro factor importante que influye en dicho incremento responde a las "irracionales" políticas de utilización de agrocombustibles, que el año pasado consumieron el cuarenta por ciento de las reservas de maíz de Estados Unidos, un porcentaje que se espera que para este año crezca.


Según el índice de precios de alimentos de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) los precios de los alimentos han subido un seis por ciento hasta julio de 2012, tras tres meses de descensos.

El incremento de los precios de cereales (17%) y azúcar (12%) fueron las principales responsables de este aumento, indica Intermón.


Los equipos de esta organización distribuidos alrededor del mundo aseguran que los países en desarrollo, especialmente África y Latinoamérica, advierten de los peores efectos que tendrá la subida de precios sobre todo los del maíz, la soja y el trigo.


La organización señala que uno de los países más afectados es Yemen, que importa el noventa por ciento del trigo que consume y donde diez millones de personas pasan hambre, entre los que se encuentran 267.000 niños que se encuentran en riesgo de muerte por malnutrición.


Asimismo, apunta que más del 80% de las exportaciones de cereales proviene de sólo cinco países y están controladas por cuatro grandes compañías, lo que provoca que los mercados sean "altamente vulnerables".


A juicio de la portavoz de la organización en España, Lourdes Benavides, las cifras demuestran que el sistema mundial de alimentos está roto y no puede repararse "a menos que tenga bases sólidas", tras lo que ha instado a los líderes mundiales a atajar "de una vez por todas" la alta volatilidad de los precios y "frenar la especulación".


Benavides, en un comunicado, ha afirmado que a pesar de que la crisis de alimentos "no alcanza la virulencia" de la sufrida en 2008, es necesario parar el "obsceno despilfarro de alimentos, incluyendo su uso para producción de agrocombustibles".