China

El esperado juicio contra Gu Kailai concluye sin veredicto

La acusada "no mostró objeciones" al cargo que se le presentaba por "asesinato intencionado" del empresario británico Neil Heywood

Gu Kailai durante el juicio
Gu Kailai durante el juicio
AFP PHOTO

La esperada vista por asesinato intencionado contra Gu Kailai, esposa del defenestrado líder chino Bo Xilai, concluyó sin veredicto y sin que la acusada rechazara el cargo que se le presentaba, según el tribunal que la juzga.


En una comparecencia ante la prensa, el portavoz del Tribunal Intermedio de Hefei, Tan Yigan, indicó que durante la vista a puerta cerrada Gu "no mostró objeciones" al cargo que se le presentaba por "asesinato intencionado" del empresario británico Neil Heywood, un amigo de la familia muerto el pasado noviembre.


Durante el juicio, en que el que también estaba encausado el asistente de la familia Zhang Xiaojun, se identificó a Gu como la autora intelectual del asesinato y a Zhang como ejecutor, según Tan.


La esposa del depuesto jefe del Partido Comunista de China (PCCh) en la ciudad de Chongqing, Bo Xilai, mostraba "un buen estado de salud", indicó el portavoz.


Según la versión del tribunal que expuso Tan, Gu y su hijo, Bo Guagua, mantenían disputas con Heywood por motivos económicos. Preocupada por amenazas del empresario contra la seguridad de su hijo, Gu decidió asesinarle.


Tras invitar al empresario a acudir a Chongqing, donde Bo Xilai era entonces jefe local del PCCh, en el centro del país, la noche del 13 de noviembre ella y Zhang acudieron al hotel donde Heywood se alojaba, para tomar unas copas.


Siempre según esta versión, al sentirse borracho el empresario pidió agua, momento que Gu aprovechó para preparar un veneno que Zhang había llevado al hotel, y hacérselo beber, lo que causó la muerte de Heywood.


"Está claro que su actuación (de Gu y Zhang) viola el derecho penal y tienen responsabilidades", señaló el portavoz.

Aunque parece claro que el veredicto será de culpabilidad, aún no se ha dado a conocer. Las autoridades del tribunal han indicado que abrirían un receso antes de tomar una decisión, algo que no explicaron cuándo pueda ocurrir.


También han indicado que el viernes mismo se abrirá también en Hefei un juicio contra cuatro funcionarios de Policía de Chongqing acusados de haber encubierto a Gu en los meses tras la muerte de Heywood.


Las autoridades chinas desean un final rápido, y lo más discreto posible, a lo que ha representado el peor escándalo en las altas esferas de poder del país en una década, y que estalló cuando China se preparaba a comenzar este octubre el relevo de sus principales líderes políticos.


Los analistas consideran que Gu recibirá una condena a muerte -el homicidio es uno de los delitos que se castiga con la pena capital en China- pero suspendida, una figura legal que permite conmutar la sentencia de muerte por una de prisión si el reo ha mostrado buen comportamiento durante un periodo determinado.


Por ello, consideran clave que en el juicio se haya alegado que actuó para proteger a su hijo, un argumento que el tribunal podrá esgrimir si opta por evitar la máxima pena.


El juicio se desarrolló sin que se permitiera la presencia de la prensa extranjera, "por falta de espacio" según indicó el tribunal.


Sí se autorizó el acceso de dos diplomáticos británicos en funciones consulares, así como de altos funcionarios y miembros del Congreso del Pueblo, en total 140 personas.


El escándalo se desató el pasado febrero cuando Wang Lijun, vicealcalde de Chongqing y mano derecha de Bo, pidió asilo en el consulado de EEUU en la localidad de Chengdu, próxima a Chongqing.


Allí Wang (que también podría ser condenado a muerte si se le acusa de traición al Partido Comunista) denunció, supuestamente, la mala praxis de Bo y los vínculos de Gu con la muerte de Heywood, amigo de la familia.


El 10 de abril, Gu y Zhang fueron declarados "altamente sospechosos" de la muerte de Heywood.


Entonces, y de forma casi simultánea, también se reveló la suspensión de Bo Xilai del Politburó y del Comité Central del PCCh por "supuestas irregularidades", sin vincular ambos casos.


Hasta entonces, se daba por seguro que cuando el PCCh celebre su XVIII Congreso en octubre, el carismático Bo, de 63 años y uno de los políticos más populares en China, sería uno de los nuevos miembros del Comité Permanente del Politburó, el órgano de dirección colegiada del Partido.