En juego, la credibilidad de la ONU

La Asamblea General de la ONU deplora la parálisis del Consejo de Seguridad sobre Siria

La mayoría de la Asamblea General ha señalado Al Asad como principal responsable de la violencia en su país. En contra han votado Rusia y China.

El plenario de la ONU condena a Damasco por graves violaciones de los derechos humanos.
La Asamblea General deplora la parálisis del Consejo de Seguridad sobre Siria
AFP/DON EMMERT

La Asamblea General de la ONU deploró este viernes la parálisis que vive el Consejo de Seguridad para frenar la crisis en Siria, un conflicto marcado por "graves abusos de los derechos humanos" de los que volvió a responsabilizar al régimen del presidente Bachar al Asad.


Con 133 votos a favor, 31 abstenciones y 12 en contra, el plenario de la ONU volvió a señalar directamente al presidente sirio como principal responsable de la violencia, pero también hizo crítica interna y acusó al Consejo de Seguridad de permitir que perdure el baño de sangre.


"Espero que el Consejo de Seguridad escuche alto y claro el mensaje que le ha entregado la comunidad internacional entera: su parálisis es inaceptable", dijo tras la votación el embajador de Arabia Saudí, Abdullah al Mualimi, presidente del grupo de países árabes en la ONU que han impulsado la resolución.


Al Mualimi emplazó así a sus miembros a moverse "con unidad" para detener "el inaceptable baño de sangre" en Siria, al tiempo que se dirigió concretamente a Rusia y China, quienes han vetado en tres ocasiones resoluciones en el Consejo de Seguridad, que, a diferencia de las de la Asamblea, sí son vinculantes.


El texto aprobado es una nueva condena a Damasco por parte de la Asamblea General por las graves violaciones de los derechos humanos y el uso de armamento pesado, pero incluye una crítica al "fracaso del Consejo de Seguridad para acordar medidas que garanticen el cumplimiento de sus decisiones por parte de las autoridades sirias".


Tras la votación, el presidente de turno del Consejo de Seguridad, el embajador francés Gérard Araud, aplaudió "la colosal mayoría" recibida por la resolución, pero mostró su "tristeza" porque pone de manifiesto "la incapacidad de actuar" del órgano.


"Está muy claro que el Consejo de Seguridad está bloqueado. Rusia y China han vetado ya tres textos, así que no veo cómo podemos avanzar", volvió a reconocer ante la prensad.


Antes del voto, fueron varias las voces que reconocieron que la credibilidad del organismo está en juego debido a la inacción del máximo órgano de decisión de la ONU y más en un momento clave, mientras el conflicto se recrudece y después de que el enviado especial para Siria, Kofi Annan, arrojara el jueves la toalla.


"Su anuncio nos obliga más que nunca a avanzar con persistencia y tomar medidas adicionales para proteger al pueblo sirio de las continuas atrocidades a las que están sujetos", dijo el presidente de la Asamblea General, el catarí Abdulaziz al Naser, al pedir el voto a favor de la resolución que presentaron los países árabes.


Al Naser reconoció que en estos momentos "la credibilidad de Naciones Unidas está en juego, como también lo está la estabilidad de Oriente Medio y la vida de miles de personas inocentes".


Incluso el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, aseguró que "el conflicto en Siria es una prueba para todos los valores de la organización".


"No quiero que la ONU suspenda ese test. Quiero enseñarle al pueblo de Siria y al mundo que hemos aprendido las lecciones de Srebenica", dijo Ban en referencia al que definió como "uno de los episodios más negros" de la ONU, cuando se vio incapaz de frenar una de las mayores masacres de la historia en esa localidad de Bosnia.


Esos mensajes, sin embargo, no llegaron a los países más reticentes a condenar a Al Asad y presionarlo para detener el conflicto: Rusia y China votaron en contra del texto, tal y como han hecho ya en tres ocasiones en el seno del Consejo de Seguridad.


La división quedó clara en el cómputo de resultados: la comunidad internacional cuenta con un amplio respaldo en su crítica a Al Asad, pero el funcionamiento del Consejo hace inviable avances comunes para frenar el conflicto si continúa el rechazo de Moscú y Pekín.


La resolución rechaza "toda la violencia independientemente de donde venga", pero presenta una "enérgica condena" contra las autoridades sirias, a las que acusa de "un creciente uso de armamento pesado, incluido el bombardeo indiscriminado con tanques y helicópteros, sobre núcleos de población".


El texto reconoce que el "primer paso para lograr el cese de la violencia deben darlo las autoridades sirias", a las que llama a cumplir con el plan de paz del dimitido enviado especial Kofi Annan.


El documento expresa además la "grave preocupación" de los países de la ONU ante "la amenaza de usar armas químicas o biológicas" por parte del régimen de Al Asad.


Desde su inicio en marzo de 2011, el conflicto sirio ha causado más de 17.000 muertos, un millón y medio de desplazados y alrededor de 150.000 refugiados en los países vecinos, según la ONU.