Guerra civil en Siria

La población de Alepo se refugia en colegios y mezquitas

La falta de médicos de Cruz Roja hace que sean los estudiantes de Medicina los que estén atendiendo a los heridos.

Las escuelas y mezquitas de la ciudad siria de Alepo se convirtieron este sábado en hospitales improvisados para los heridos y en refugios para la población civil desplazada, tras el inicio de la ofensiva militar del régimen sirio contra los rebeldes.


La activista Wed al Hayat, residente en Alepo, explicó vía internet que se está dando un "gran desplazamiento de la población", que huye de barrios como Salahedín y Al Sukari, en manos de los rebeldes y blanco de fuertes bombardeos.

"Las calles de algunos barrios que están bajo el control del Ejército Libre Sirio (ELS) están vacías y la población se refugia en las escuelas y las mezquitas, donde también se atiende a los heridos", detalló Al Hayat.


Además de buscar cobijo en estos lugares, la activista opositora apuntó que muchos civiles de Alepo, la segunda ciudad de Siria, han optado por refugiarse en casas de parientes que viven en barrios más seguros o por huir a la vecina Turquía.

Al Hayat denunció las dificultades para tratar a los heridos debido a la escasez de medicamentos y a la ausencia de facultativos de la Media Luna Roja siria, a los que -agregó- el régimen de Damasco impide la entrada a estos barrios.

Ayer, esta organización humanitaria anunció que suspendía "ciertas operaciones" en Alepo, aunque mantenía en la ciudad algunos equipos, a causa del aumento de la inseguridad.


Ante esta situación, los que atienden a los heridos son los estudiantes de la Facultad de Medicina de Alepo, según Al Hayat, que lamentó que los medicamentos que intenta garantizar el ELS no son suficientes.Escasez de productos de primera necesidad

Estos barrios en manos de los rebeldes, que en su mayoría están sitiados por tanques y son escenario de violentos combates entre el ejército gubernamental y el ELS, sufren también escasez de los productos de primera necesidad, como gas y pan.


"Cuando vas a uno de esos barrios sientes como si entraras a una aldea abandonada a causa de la destrucción", afirmó Al Hayat, que explicó que las familias aprovechan durante las horas diurnas -cuando amainan los bombardeos- para volver a sus hogares a recoger las pertenencias abandonadas.


Después de una semana de combates y de la llegada en los últimos días de refuerzos militares, el régimen de Bachar al Asad inició este sábado una gran ofensiva contra esta ciudad, que se había mantenido relativamente al margen del conflicto.


La lucha por el control de Alepo, la capital económica de Siria, ha despertado el temor en la comunidad internacional a que se produzca una masacre en la ciudad, como han apuntado Washington, Londres y París.


Ayer, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, expresó su preocupación por la escalada de violencia en Alepo y pidió al régimen de Al Asad detener su ataque.


También la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, acusó al régimen de Al Asad de arrasar zonas controladas por la oposición sin tener en cuenta la suerte de la población civil que las habita. 

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