Corea del Norte

Kim Jong-un, habla ante su pueblo

Kim Jong-Il habló ante las masas por primera vez durante el centenario del "presidente eterno" en el que ensalzó el régimen comunista.

Los coreanos escuchan el discurso de Kim Jong-Il.
Kim Jong-un se estrena como orador
AFP PHOTO

El joven líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, habló este domingo por primera vez ante las masas para ensalzar al régimen comunista y a su fundador y abuelo, Kim Il-sung, cuyo centenario se celebró con un espectacular desfile militar en Pyongyang.


"Continuemos hasta la victoria final", alentó Kim, en un discurso leído de unos 20 minutos y retransmitido por la televisión estatal norcoreana, KCTV, a los miles de soldados dispuestos en módulos en los 75.000 metros cuadrados de la plaza Kim Il-sung de la capital


El sucesor, cuya edad se estima en 28 o 29 años, ofreció "el más puro respeto y el más alto honor a los grandes camaradas Kim Il-Sung y Kim Jong-Il", a los que definió como "el fundador y el constructor" de las Fuerzas Armadas norcoreanas, de más de un millón de efectivos.


El Ejército ocupa un lugar prioritario en el Estado en virtud de la doctrina política "Songun", creada por el fallecido Kim Jong-il y ensalzada por su hijo y sucesor en su discurso del domingo.


Aunque Kim Jong-un acompañó el comienzo de su intervención con movimientos levemente nerviosos, finalmente completó con gesto seguro y un tono pausado su discurso, que solo interrumpió con breves pausas para certificar la aprobación del público, en un acto que concluyo sonriente y distendido.


Finalizada la lectura de Kim, llegó la parte más espectacular del desfile, cuando un gran mosaico humano convirtió la gigantesca plaza principal de Pyongyang en una colorida alfombra de nombres, lemas, símbolos y banderas.


Bajo la mirada del líder, miles de norcoreanos dibujaron con movimientos coordinados al milímetro los tres nombres de la dinastía Kim, consignas como el omnipresente "Songun", símbolos comunistas como la hoz y el martillo, y finalmente la bandera nacional.


Los colores del estandarte norcoreano tuvieron su reflejo en el aire, donde cinco aviones militares contribuyeron a la ceremonia con estelas de humo teñidas de rojo, azul y blanco.


Además, decenas de vehículos militares aportaron una exhibición de fuerza en la que destacó la presencia de un nuevo misil de gran tamaño que, según las primeras estimaciones de expertos surcoreanos y japoneses, podría tener un alcance de varios miles de kilómetros.


La alocución pública realizada por Kim Jong-un se considera inusual ya que su padre, Kim Jong-il, que gobernó el país durante 17 años desde 1994 hasta su muerte el pasado diciembre, sólo pronunció una frase en toda su vida divulgada en televisión.


Kim Jong-il afirmó "¡Gloria a los heroicos soldados del Ejército Popular de Corea!" en 1992, durante el desfile por el 60 aniversario de las Fuerzas Armadas, y desde entonces no se han revelado más testimonios grabados de su voz a pesar de sus numerosas apariciones.


El discurso del sucesor fue, por tanto, el evento más destacado del desfile que hoy ha conmemorado el centenario del nacimiento de su abuelo Kim Il-sung, considerado "presidente eterno" de un país que cada año festeja su cumpleaños como el "Día del Sol".


Finalizada la ceremonia en la plaza principal de Pyongyang, Kim Jong-un rindió tributo a su padre y su abuelo en el Palacio Memorial de Kumsusan, que alberga los restos mortales de ambos.


En una semana marcada por la fecha más importante de su historia reciente, el miércoles Pyongyang otorgó nuevos cargos políticos a Kim Jong-un para oficializar, el viernes 13 de abril, su liderazgo absoluto al nombrarle primer presidente de la Comisión Nacional de Defensa, principal órgano del Estado norcoreano.


También ese viernes, Corea del Norte lanzó un cohete con el supuesto objetivo de poner en órbita un satélite de observación, pero el proyectil explotó escasos minutos después de despegar y cayó al Mar Amarillo en varios fragmentos.


Este duro revés para Corea del Norte se ha agravado, además, con las críticas de países como EEUU y Corea del Sur, que consideran que la acción encubre una prueba de misiles balísticos y, por tanto, viola dos resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.


Precisamente este organismo "deploró" el lanzamiento y, por su parte, Washington dio por cancelado el pacto suscrito en febrero que le comprometía a suministrar 240.000 toneladas de ayuda alimentaria a Pyongyang a cambio de que éste abandonara sus programas nucleares y de misiles.