Gope de Estado

Los golpistas han cerrado el espacio aéreo y las fronteras

Hay al menos 50 muertos entre los miembros de la guardia presidencial. El paradero del presidente Amadou Toumani Toure se desconoce.

Militares amotinados en las calles de la capital
Los golpistas cierran las fronteras terrestres y aéreas de Malí
AFP

Los militares que perpetraron este miércoles el golpe de Estado contra el presidente de Mali, Amadou Toumani Toure, dispusieron el cierre del espacio aéreo y las fronteras terrestres del país, según confirmaron fuentes próximas a los propios golpistas.


La medida la ha tomado el autoproclamado Comité Nacional para el Restablecimiento de la Democracia y la Restauración del Estado (CNRDRE), bajo el que se agrupan los golpistas, y permanecerá en vigor al menos hasta el próximo martes, indicaron las fuentes.


El aeropuerto internacional de Bamako, la capital de Mali, permanece cerrado desde y ningún vuelo ha despegado o aterrizado allí.


La administración ha quedado paralizada, aunque el CNRDRE ha pedido a todos los funcionarios que se reincorporen a sus puestos a partir del próximo martes y todo aquel que no cumpla esta disposición será suspendido del servicio.


Varias decenas de soldados han tomado posiciones en la zona de los ministerios en Bamako, mientras que la junta militar ha ordenado a las tropas que patrullan por las calles que se abstengan de hacer disparos al aire y mantengan una actitud calmada.


Las mismas fuentes indicaron que el palacio presidencial, tomado al asalto por los golpistas, ha sido saqueado, en tanto que en diversas zonas de la capital se han producido actos de pillaje y se han oído tiroteos.


El CNRDRE, presidido por el capitán Amadou Haya Sanogo, anunció la derogación de la Constitución y la disolución de todas las instituciones del Estado.


No obstante, ha mostrado su intención no es hacerse con el poder, así como de entablar un diálogo con los partidos de la oposición.


El golpe de estado comenzó con un motín en el cuartel de Kati, situado a 15 kilómetros de la capital y en cuyas inmediaciones ya se produjeron disturbios el pasado febrero.


Los soldados rechazan ser movilizados para participar en los enfrentamientos entre el Ejército y las fuerzas independentistas tuareg en el norte de Mali, que se levantaron en armas el pasado 17 de enero para reclamar la autodeterminación de la parte septentrional del país.


Calles desiertas


La actividad en Bamako, cuyas calles amanecieron casi desiertas, se encuentra prácticamente paralizada tras el golpe para deponer al presidente Amadou Toumani Toure, cuyo paradero todavía se desconoce.


Los transportes públicos no funcionan y las escuelas no han abierto sus puertas en la capital maliense.


Lo que comenzó en el cuartel de Katti como una protesta contra la gestión del conflicto con los rebeldes tuareg en el norte de país se transformó con el paso de las horas en un cambio del régimen existente, elegido democráticamente.


Tras los violentos enfrentamientos que causaron al menos 50 muertos entre los miembros de la guardia presidencial, los golpistas lograron tomar el control del palacio de Toure, del que desde entonces se desconoce su paradero.


Otro motín estalló, también anoche, en Gao, una de las mayores ciudades del norte del país, donde los soldados arrestaron a oficiales leales al régimen.


El golpe de Estado ha provocado rápidamente el rechazo y la condena por parte de la comunidad internacional.


Tanto la ONU, como la Unión Africana (UA), la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO) y la Unión Europea (UE) condenaron hoy el golpe de Estado en Mali y exigieron el respeto del orden constitucional.


Argelia, país fronterizo con Mali, ha rechazado con firmeza el recurso a la fuerza y ha calificado el cambio de régimen de anticonstitucional.